Cultura

'Hilos y recuerdos', el legado maya de las prendas tradicionales

La exposición es presentada frente al Museo Regional de Antropología de Yucatán, donde con una serie de imágenes exponen el legado textil del Estado

A inicio de semana, distintas marcas de moda internacional, incluyendo la empresa Zara, han sido acusadas por la Secretaría de Cultura de plagiar diseños de las tradiciones textiles indígenas en México. La arqueóloga Pilar Canto Méndez, coordinadora de la exposición Hilos y recuerdos. Herencia, costumbres y tradición en la Península de Yucatán, concuerda con POR ESTO! en que la indumentaria indígena, lejos de ser una cuestión de moda, es una manifestación de la identidad e imaginario vivo comunitario.

La exposición mencionada reúne, frente al Museo Regional de Antropología de Yucatán, sobre Paseo de Montejo, más de 25 fotografías impresas en carteles que dan muestra del legado textil en el Estado

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“En algunas comunidades, todavía se trabajan diseños relacionados con el simbolismo de la cosmovisión maya”, explica Pilar Canto en entrevista. “Por ejemplo, en comunidades de Quintana Roo, aún está presente ese imaginario y las creencias del diseño de la piel de la serpiente, que se traduce en rombos. Hay diseños que aparecen como serpenteantes”.

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 Técnicas tradicionales como el x’manikté, el mol mis y el punto de tambor son protagonistas. Canto explica: “el x’manikté forma una especie de pequeñas flores, pero si vemos las líneas, parecieran reptar. La cruz maya, como la representan, la equis que vemos reproducida también en la arquitectura maya, está igualmente vinculada con los rumbos del universo en su cosmovisión: los cuatro rumbos y un centro. Son dos planos, el eje vertical y otro horizontal, que muchas veces se plasman en los diseños. Otras veces es la observación de la naturaleza lo que se ve en los diseños con punto de cruz, o hilo contado. Vemos flores, pájaros, lo que es cotidiano. Este conocimiento no solamente se puede plasmar en los edificios, sino también en los textiles”.

Según la arqueóloga, la técnica del x’manikté podría desaparecer. Las otras técnicas textiles no están exentas de riesgo.  “Hace 40 años, cualquier chica de la escuela sabía bordar el punto tambor, o aprendía manualmente a hacer hilo contado o bordar ‘macizo’. Cuando va avanzando la modernidad, estas tradiciones se dejan de enseñar en las escuelas. Estás técnicas quedan en el olvido”, señala Canto.

“En algunas comunidades”, contrasta, “tienen la tradición de conocer y rescatar las puntadas. Eso provoca que no se pierdan totalmente. Pero hay unas, como la x’manikté, que no son muy conocidas. Son flores que se replican exactamente con la misma forma y tamaño. Hay muy pocas mujeres que conocen esa técnica en el interior del Estado. Tal vez habrá una o dos bordadoras que la empleen en Teabo, Maní o Xocén. Estas puntadas pueden rescatarse, porque no son difíciles de hacer. Es cuestión de aprendizaje. Si no se recuperan, llegará el momento en que sólo se conocerá el hilo contado o el bordado a máquina”, señala.

¿Cómo puede evitarse la perdida de estas tradiciones? Canto responde: una posibilidad es aprendiendo; otra, difundiendo. Yo puedo grabar a una bordadora haciendo el trabajo mientras ella dice cómo lo hace. Pero si no se practica, aunque se tenga el vídeo, la técnica puede desaparecer. O bien, sólo se tendrán las piezas ya terminadas. Si no damos a conocer ni hacemos este rescate, este legado se perderá y será como dicen: sólo podrá verse en un museo”.

La entrevistada mencionó la peculiaridad del tejido del huipil en San José Oriente. “Lo hacen de hueco grande. Las equis que se forman al bordar son de gran tamaño, y el bordado en sí es muy amplio. Sólo queda un pedacito de tela blanca a la vista. Son huipiles cortos, y usan generalmente fustanes hechos con bordes de encaje. Lo más llamativo es que no sólo ves a una o dos, caminando dispersas, sino que ves grupos de mujeres caminando”.

“Hasta hace algunos años”, comenta paralelamente, “las mujeres y niñas de las comunidades ya no vestían el huipil porque había discriminación hacia personas que visten la ropa tradicional. Ahora, usan shorts o pantalones. Se sigue empleando el bordado, pero en blusas. Puede ser a máquina o a mano. Sigue habiendo el uso de la indumentaria tradicional, pero ya no lo es tanto”.