Cultura

Otro día en escritores.org: Daniel Sibaja

"Reviso con detenimiento las convocatorias, la lista de países me sorprende, me opaca", comparte Daniel Sibaja en su cuento de hoy
El silencio televisivo es aún más intrigante que una carta de resultados o la espera en la sala del banco para cobrar el cheque / Especial

Concursos (Por email @). Reviso con detenimiento las convocatorias, la lista de países me sorprende, me opaca. La constante conversión de las monedas me ha dado una jaqueca punzante. Es así que descubro que escribir se ha convertido en la compra y venta de valores.  Con las grandes fracciones de dinero adquiría lo que sea fácilmente, incluso si ganara el más mínimo número de premios en todo un año —y así toda la vida.

Aquí estoy otra vez, revisando las convocatorias antes de las fechas de cierre. Luego, si da tiempo y uno anda desocupado, se observa la vigencia conmemorativa. Ya de ahí voy descartándolos por género literario y finalmente por temática: de fantástica, ciencia ficción o ecológica ambiental.

V Concurso de Microrrelatos «La Farmacia de toda la vida» 2019 (España). Concurso por email. (Fecha de cierre 20:09:2019 / Microrrelato / 600 €, estancia y publicación / Abierto a: sin restricciones). Si algo sé de mí es que de salud o anatomía no sé nada, siendo así mejor me preparo para un examen de medicina.

Más abajo. XIV Concurso Internacional de Cuento Ciudad de Pupiales 2019 (Colombia). Concurso por email. (Fecha de cierre 23:09:2019 / Cuento / $ 6,000,000 COP y diploma / Abierto a: escritores colombianos o extranjeros). No me apetece escribir sobre guerrillas o narcotraficantes en acción.

Séptimo Premio Estatal de Cuento y Poesía para Niños y Jóvenes San Miguel Cañadas Tepotzotlán 2019 (México). Concurso por email. (Fecha de cierre 29:09:2019 / Cuento, poesía, infantil y juvenil / $ 1,500 MXN, paquete de libros, abono y publicación / Abierto a: niños, niñas y jóvenes entre 4 y 19 años de todo México). Ya estoy viejo para este tipo de premios, pero todavía soy inocente para las grandes publicaciones. Tal vez pueda escribir algo infantil, hacer que mi sobrino sea el autor y repartirnos el dinero.

De todos los que voy seleccionando y los que no, puedo decir que hay demasiados y eso a veces me confunde. Quizá sea la mecánica del primer filtro. Aquellos que aguantan pueden seguir con el monitoreo, la búsqueda perfecta (se recomienda ir apuntándolos en una hoja o una pizarra para ir descartando o tachando). La cacería de países es larga y angosta, se repite: España, Colombia, México, Venezuela, Canadá.

Yo elijo Argentina.

V  Certamen «Con voz propia» de Cuento y Poesía en honor a los Pantanos de La Pampa 2019 (Argentina). Concurso por email. (Fecha de cierre 29:09:2019 / Cuento y Poesía / $15,000 ARS, antología y diploma / Abierto a: sin restricciones por nacionalidad). Convoca  la Secretaría de Cultura de la Provincia de La Pampa; la Secretaría de Cultura y Extensión de la UNLPam; la Asociación Pampeana de Escritores; la Comisión de Asociados Banco Credicoop - Filial 251 y la Radio La Tosca.

Con todo lo anterior, lo que voy aprendiendo de escribir y lo que veo en documentales es que en China las cámaras son contadores de puntos y que el libre comercio es una mentira. Las fábricas alemanas venden bicicletas alemanas hechas en Taiwán, ensambladas en Shenzhen y transportadas por un buque americano. Escribir me ha resultado tan parecido. Escribir para un premio, entonces, es un boleto necesario.

Por eso me registro como argentino para una convocatoria pequeña en la lejana provincia de La Pampa, ya sea como mexicano, gabacho o palestino. Da igual. Todo lo que hay aquí o allá es igualado. ¿Qué más puedo perder? Incluso, tanto en Iraq como en México, escribir es condenarte a ser un preso político.

Sigo investigando. “La cultura y la literatura están en constante movimiento”, ha dicho el presidente de la Asociación Pampeana de Escritores en 2018. Pareciera que una región lejana se puede convertir en los cimientos de tu próxima construcción narrativa, una torre de Babel que puede joderte el alma si saliera en las lecturas del Tarot y te anunciara los números de tus siguientes premios perdidos.

Lo que debe interesarme ahora es lo mismo que leo de un artículo en internet: ¿Qué se escribe en la Pampa? ¿Existe la literatura regional? ¿O el intelectual cruza los límites para dar cuenta del mundo? Apunto los nombres como si me hubieran pagado por derribar cabezas. Bustriazo Ortiz, Edgar Morisoli, Olga Orozco, algunos nombres pampeanos traspasaron fronteras y son referentes de nuevas generaciones en la región, siguen escribiendo a partir de todo lo que los rodea.

Voy metiéndome más en las farándulas del pantano literario, reviso las preguntas que le han hecho al director; él responde: “pero el que es distinto a todos, no solo para investigadores y lectores, es quien ha modificado la lengua y el lenguaje, Bustriazo Ortiz, tal vez ha llamado más la atención porque lo respalda todo un mito. Muchos han ido leyendo a Bustriazo de fotocopias en fotocopias, porque no había libros hasta que se logró la publicación de algunos de sus textos fundamentales”. Detengo entonces la entrevista de la manifestación de declaraciones televisivas en el programa “La Mañana con Vos” que se emite en Argentina, de lunes a viernes, desde las 8 a las 10 por el canal 2 Somos La Pampa de Cablevisión, en el que anuncian el concurso literario desde hace meses, esperando ver al ganador que mejor retrate el paisaje verdiacuífero de todas las amplias llanuras de La Patagonia.

Por coincidencias magistrales, la lista de ganadores de años atrás habría sido opacada por un par de alumnas de aquel poeta, en más de una ocasión hubo lugares desiertos y, a lo mejor, sin quererlo ignorar, aparece una foto del sobrino y el nieto tomando triunfantes la constancia y el cheque. Detrás, dos mil charcos más extendiéndose al horizonte y las expectativas que ya iba imaginándome, sobre una balsa,serían nada más y nada menos que las de un salvador de animales en peligro de extinción, una ecológica medalla de escritor con aires de grandeza.

Si algo hay que aprender con vehemencia es a copiar personalidades y estilos literarios. Al final de cada contienda, gana quien pone el mejor título y el que se mantiene informado de las becas nacionales e internacionales.

Mi mejor apuesta es escribir, en tal caso, un cuento sobre las dimensiones del aguará-guazú, carpicho o ciervo, o algún gato montés de La Pampa del que Juan Carlos Bustriazo Ortiz no se haya apropiado en su libro Unca Bermeja de 1984: tus ojos eran rogativas / y yo cazaba en los cerrillos / animales de frentes tristes. Un epígrafe. Una cereza en el pastel.

Como seudónimo he decidido ponerme guazú ti’í. Por su traducción del guaraní al español: ciervo o venado pampero. Vuelvo a la hoja seguro de mí mismo. Con este trabajo he de ganar el premio en Argentina; luego, estoy seguro, un mérito incluso más cercano.

Y a pesar de los detalles, sigo corto por tener apenas 20 hojas escritas. Esto para un texto de narrativa es casi nada. La respuesta es que antes de mandar a un premio de literatura hay que tener mentalizado que el 60 es el trébol de cuatro hojas que todo escritor desea obtener. 80 es ya un crucigrama. 100 es una obra que hay que revisar con lupa. 150 merece el Nobel. Y 200 hojas, 400, 500, eso es para ser editado por la editorial del Pingüino y cobrar muchos dólares con facilidad.

Debajo de mi escritorio, muy por el contrario, se halla mi colección de latas de bebidas energéticas: dos cajas llenas de Voltaje y Ampere para trabajar hasta muy entrada la noche. Aún más abajo, por pura obviedad y presunción, carpetas con constancias y diplomas que repiten mi nombre una y otra vez y todavía sigo sin ser nadie.

Me es muy grato comunicarle que de acuerdo con la decisión del Jurado Calificador, su trabajo “Colorinche Bermejo” resultó ganador del V Certamen “Con voz propia” de Cuento y Poesía en honor a los Pantanos de La Pampa 2019, organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de La Pampa; la Secretaría de Cultura y Extensión de la UNLPam; la Asociación Pampeana de Escritores y la Comisión de Asociados Banco Credicoop.

Le enviamos por este medio una cordial felicitación. El premio consiste en $15,000 ARS en efectivo, así como un diploma y carpeta gráfica, que será entregado en el Auditorio General de UNLPam en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, Argentina, el día 15 de noviembre de 2019 a las 12 horas.

En caso de no contar con su asistencia, tendrá que buscar un representante; de lo contrario, la premiación quedaría totalmente cancelada. Recuerde que en las bases de la convocatoria se especifica que la organización no puede hacerse cargo de los gastos de traslación y hospedaje de los ganadores. Por ese motivo, le pedimos lo siguiente:

  • *Enviarnos por este correo una copia escaneada por ambos lados de su DNI.
  • *Sus 2 boletos de avión escaneados [de ida y vuelta] donde se muestre con claridad el nombre de la aerolínea.
  • *Una copia de su pasaporte escaneado para la confirmación de su asistencia al evento de premiación.
  • *Estar al pendiente de su teléfono celular para hacer contacto por WhatsApp el día del comunicado oficial en prensa para darnos unas palabras sobre su obra galardonada.

Si tiene alguna otra duda o comentario con gusto comuníquese, ya sea por correo o por teléfono. Gracias y de nueva cuenta nuestra felicitación más entusiasta.

Supongamos que ganar solo es un paso para la ascensión al registro de la Enciclopedia de la Literatura en México. Sea con el premio de La Pampa o con cualquier publicación arriba, me pregunto: ¿cómo conseguir dinero para llegar hasta Argentina? No tengo conmoción alguna, apenas se me pasó por la cabeza lo que necesitaba ahorrar.

Podría ir a los departamentos de la Comuna para la Cultura y las Artes (COMCA) y pedir algún fondo para reservar los boletos. Quizá me lo nieguen por ser joven y sin trayectoria. Hay que tener un perfil pesimista y derrotado, darle un mordisco al pastel puede costarte la carrera entera. He escuchado por ahí que la COMCA estará apoyando a los jóvenes con futuro, sobre todo a los que ganan premios como yo.

Escribo por primera vez mi carta de solicitud a la persona correspondiente de los apoyos artísticos en la Comuna. Esa carta me daría el vuelo redondo para ir por el premio, volver a casa con un diploma y traer mi primer libro publicado. A un mes de la ceremonia acudo a las oficinas. Las secretarias hablan con dulzura, con mucho encanto y lo siguen haciendo hasta el día de hoy. Tal vez por eso mi costal de diplomas las asustó, pues es bastante para ser un muchacho malhablado e hipócrita. La voz en falsete Monna Lisa de las secretarias es casi como un coro de ranas boquiabiertas; y ante ellas, los extasiados imbéciles haciendo oblación bajo el óleo político del despacho. Antes de fingir desconocimiento e ignorancia, pudieron reconocer mi cara rápidamente. ¿Será por la caja de Hojuelas de Afrecho en la que hace casi un mes salieron mis pequeñas historias? ¿O la ocasión en la que fui Walt Whitman para un grupo de preescolar en la Feria Internacional del Libro?

Pasa la semana

A un mes de la entrega del premio decido llamar para saber en qué terminó mi solicitud. Lo debí intuir a tiempo. Sin alguna córnea interesada, en respuesta se pudo leer: “Me permito mencionar que estamos regidos por una estricta política de austeridad, y por cierre de año los proyectos ya han sido asignados con antelación, por lo que desafortunadamente en este ejercicio administrativo no contamos con recursos para ejercer en casos fuera de nuestro programa presupuestal”.  Firmada, cabe señalar, con un “Sigue participando”.

Lo más paradójico de todo es que apenas estábamos en verano y en la respuesta de casi todas las peticiones, todo el año, todos los días, se podía leer exactamente lo mismo. Resulta que los de la Comuna tienen más calendarios que los que tuvieron los mayas. Para colmo, como ya es tarde, en una banca del Parque de las Américas, veo fijamente bailar a un grupo de folcloristas anunciando su viaje todo pagado a Rusia; agradeciendo a la licenciada en turno con brillantes fotos estratégicas.

Difiero. Ya intuía que los de la Comuna no iban a apoyarme. Por eso mi cuento sobre las flores de la región sureste de México con el seudónimo de Hamelia Patens es como una bicicleta americana comercial que también rueda sobre su propio eje, similar al giro de tuerca norteamericano, nada más para sorprender.

Y en el golpe de folclor del IV Concurso Municipal de Cuento Juvenil “Mi Pueblo y la Flores Mayas” del Estado de Yucatán 2019, obtuve un cheque de $5,000 MXN.

Aquí estoy con el dinero que todavía me falta, en el cruce peatonal leyendo un cuento de un cuento sobre mí mismo. “Tienes el ego muy alto”, me señalan por la academia de perros libros de la Universidad Autónoma (el error completo, seguramente).

Del otro lado se está yendo, con las patas al revés, la Argentina completa. Voy por el menor peso posible para llegar a tener la cartera casi vacía, y no hay ningún cuento que me dé el peso mexicano de mi peso argentino. De algún modo, ese cuento debe contener un cuento del cuento, que debe contener un cuento del cuento del cuento y así hasta lo infinito. 

La subversiva opinión de ese juez detrás de otro que pone las fichas sobre el tablero es ridículamente imparcial a los oídos del participante (también escritor, por supuesto) que las escucha. Miro con atención la entrevista por el canal 2 Somos La Pampa.

En la “Mañana con Vos”, aparece en escena, infumable, Juan Carlos Bustriazo Ortiz. “Libro por libro sin ninguna hoja que falte”, refunfuña casi al unísono junto con el entrevistador, quien pregunta: “¿Y por qué? ¿Usted se lo ha reclamado a ella?”. “Claro que se lo hemos reclamado”, responde el autor bermejo, “le hemos dicho mil veces que devuelvan ¡mi obra poética!”, “Se dice que en su momento entregó esos libros porque había un temor a que fueran quemados”, “¡No!, ¡Quemar mi obra poética es una locura! ¿Cómo podría desecharlo todo?”.

El silencio televisivo es aún más intrigante que una carta de resultados o la espera en la sala del banco para cobrar el cheque. Una vez más, el entrevistador formula su pregunta con maña: “Ahora, sobre los premios organizados por la universidad frente a su relación con la investigadora provincial Dora Battiston y con el presidente Sergio De Matteo de la Asociación Pampeana de Escritores, ¿qué nos puede decir al respecto?”, “Hace mucho que no hablo con esa señora, no necesito hablar con ella ni con Sergio, ellos tienen que devolverme con toda urgencia mi obra poética, ¿acaso no has visto quién fue el ganador del certamen? Ese muchacho no es nada porteño, es una mentira sucia. Que nos devuelvan nuestra obra poética, a mí y a todo el pueblo. Además, ahora quieren editarle un libro a este desconocido que se hizo pasar por pampeano, no estamos de acuerdo en que se publique ni se reconozca este laudo, lo que pedimos es que nos devuelvan la obra poética. La sociedad artística lo exige. Es nuestra, bien nuestra. Disculpe la palabra, pero está bien dicha: ¡CARAJO!”.

Por este medio nos dirigimos una vez más a usted para ofrecerle disculpas.

En razón de una minuta presentada en octubre por el comité del certamen en relación a los integrantes del jurado pertenecientes a la Asociación Pampeana de Escritores, le informamos que hay una queja en turno para anular los resultados del V Certamen “Con voz propia” de Cuento y Poesía en honor a los Pantanos de La Pampa 2019 en el que su cuento “Colorinche Bermejo” fue seleccionado con el primer lugar.

El jurado está discutiendo sobre las posibilidades que tiene usted para aceptar por lo menos una “Mención honorífica”, ya que por una extraordinaria situación en los medios de comunicación de La Pampa, varias quejas de participantes y del comité fueron visibilizadas, llevándonos a actuar sobre los señalamientos sociales hacia la institución y los patrocinadores. Nos atañe que el premio crezca y se refleje en la mayor medida posible con la obra de los escritores jóvenes de La Pampa o de Argentina en general.

Esperamos resolver este asunto lo más pronto posible, le mandaremos otro correo con su diploma de participación. Si tiene dudas sobre la situación comuníquese con nosotros.

Sin más por el momento, me despido.

Frente al coloquio de los correos basura aparece la página en blanco una y otra vez. “Ganar sin ganar”, diría el poeta laureado de mi pueblo. El primer premio grande y no recibir nada a cambio. No recibir ni la más mínima lectura. Entonces retengo en mi pupila la lista de países una vez más. Alguna vez fui campeón y el trofeo fue la bofetada más grande que pude recibir un golpe en el mentón y una marca oscura en el diente roto.

Aquí los índices de lectura siguen bajos, pero los premios abundan. Tengo las teclas de la laptop hechas añicos. La tecla G es ahora la J y la Z es una X. Pese a todo, es otro día en el libre comercio de los escritores del mundo. Alguna voz diciendo que sí, que hoy vuelvo a la lista de autores, de países y de ofertas. Elijo una vez más: Arequipa del Perú, o Aracataca de Colombia. Ensamblo, en cualquier Paraguay o Belice, historias móviles de factor secundario o el olvido de mi propio nombre.

Desde un lugar inhóspito, en otro rincón menos tortuoso o melodramático, escribo el final con la revelación menos ambiciosa que un quijote cuerdo pueda concebir. Por eso solicito, señores jueces y organizadores, que para la próxima no se me cobren los boletos de avión ni el hospedaje.

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JG