Satisfacción total

Juan Diego Casanova Medina

El Mundial Juvenil Yucatán de Grado A, representa la celebración de un sueño hecho realidad, además de un orgullo por ser deportista, por ser yucateco, por ser mexicano, por la gente que participa en el torneo que tiene la máxima categoría en el tenis mundial juvenil, afirmó Jorge Haro Giffenig, su director, quien se mostró satisfecho por la semana sensacional que tuvo la reciente realización del certamen.

Ese largo camino recorrido que comprende las 32 ediciones que se han desarrollado, tuvo su recompensa con el ascenso a Grado A y lo hizo acompañado, cuando le correspondió tomar la estafeta, de los patrocinadores que siguieron confiando en el proyecto. Además de la celebración, Jorge Haro agrega otra palabra: agradecimiento por el apoyo recibido “cuando no éramos nada”.

La Copa Mundial Yucatán cambió de nombre, señala, porque fue el tema que les exigió la Federación Mexicana de Tenis (FMT), ya que de acuerdo a su programa de Grado A, el torneo que se jugó en el Deportivo Chapultepec se llamó Abierto Juvenil Mexicano y por esa razón llegó la orden de que lo tenga quien lo tenga se va a llamar Abierto Mundial Juvenil, porque así lo decidió su titular, José Antonio Flores.

No le importaba el nombre, asegura, lo que le interesaba era el Grado A y como se llame no tenía relevancia.

“Obviamente, entre las cosas que pelee a muerte es que yo quería que el torneo incluya el nombre de Yucatán, a como diera lugar y no era negociable, porque no solamente por el orgullo, era Yucatán en el mundo tenístico juvenil”, destaca.

El nombre de Yucatán ha trascendido en 32 años del tenis mundial juvenil, confirma, por lo que las palabras que haya antes resultan sin importancia, pero que no se excluya.

La Copa Yucatán va a ser la de tenis siempre, subraya, se llame como se llame y en la primera oportunidad que se le presente de cambiar el nombre oficial al torneo que así se denominó desde el inicio, lo hará de inmediato.

No lo hizo en su momento, indica, porque entre los temas de la negociación era algo que no le costaba nada perder siempre y cuando se mantuviera con la tradición de seguir teniendo el 32 antes de continuar llamándose Yucatán lo que le resultó de cero relevancia.

De la FMT recibió una felicitación pero resalta que la parte difícil fue conseguir el Grado A y si lo concedieron es porque los dirigentes asumen total confianza en que no tienen que mover un dedo para que se hagan las cosas bien como hasta ahora.

“La parte complicada fue precisamente decirles: a ver Maestros, saben perfectamente el tipo de torneo que hago; porque no me das el Grado A y así fue, y a base de insistir, me dieron el Grado A y ya has lo que tengas que hacer”, afirma.

Aclara que los tres años que va a organizar el torneo de Grado A no es un periodo de prueba en el que al término del plazo, si no les va bien, lo cancelan.

El presidente de la FMT, explica, no quiere heredarle, en caso que tuviera un reemplazo en las próximas elecciones para renovar a su comité directivo, una responsabilidad que viene de él.

Así se lo comentó, añade, cuando le dijo que el torneo en la Ciudad de México, después de que Casablanca dejó de albergarlo, se lo dieron al Deportivo Chapultepec y cuando José Antonio Flores tomó posesión como presidente, heredó una responsabilidad del órgano rector del tenis en México de darle Grado A al club capitalino.

“Yo creo que el hecho de que haya puesto tres años es algo justo, y de alguna manera inteligente de su parte decir: voy a confiar en Jorge Haro; está bien, pero en tres años yo reviso esto y checo que esto esté caminando como debe estar caminando y de esa manera me exige a mí que yo no baje en mis expectativas en la calidad de torneo que tenemos”, considera.

Lo que le preocupa a Jorge Haro es el tema político en cuanto a la renovación del comité directivo de la FMT en la que entra una persona y se le brinda el poder al que no tiene la capacidad y cita de ejemplo que es familiar de un Pro de tenis en un club en Toluca y decide darle el Grado A y como él es la autoridad, “ya bailaste”.

Precisa que el trabajo del presidente de la FMT no es vender al mejor postor cada una de las cosas, sino buscar organizadores que hagan las cosas bien, que él confíe en ellos, y al final del día todos están funcionando.