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¿Fue jonrón?

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El eterno dilema de la Liga infantil y Juvenil de Béisbol Yucatán ha sido el de la actuación de algunos de los umpires, quienes lejos de apoyar la esencia formativa de los niños y jóvenes, la denigran con actuaciones que dejan profunda frustración entre los jóvenes.

Unos por sentirse lastimados con “cantadas” hechas de mala fe y otros por vivir un duelo en el que también fueron testigos de que las decisiones no fueron las mejores.

Un polémico juego protagonizado por los umpires se presenció en el primer encuentro de pléiofs el pasado domingo 2 de diciembre.

En el duelo entre Angeles de Chicxulub Pueblo y Leones Baaxal de la categoría 13-14 estuvo plagado de errores por el ampayeo, los encargados del campo 2. Desde las primeras entradas los celestiales lideraban el marcador 4x2 y aunque el ampayeo estaba aferrado a lastimar a un equipo los jóvenes jugadores no se dejaban y daban lo mejor en cada entrada, dando batalla con un 4x4 en las ultimas tandas, tan es así que el ángel Sergio Vera conectó solitario jonrón que, a apreciación de los jueces fue un doble.

Esa fue la gota que derramó el vaso, pues los jóvenes de Chicxulub estaban cansados y frustrados; los umpires se habían encargado de enseñarles las viejas mañas del rey de los deportes, dejaron de ser jueces para enfrascarse en un pleito sin fundamentos contra una novena de jovencitos que, a expresión de ellos, siempre había sido igual con ese ampáyer en específico. “No importa contra quién juguemos, no importa que estemos ganando 7 a 1, siempre es igual con él, no se qué le hicimos”, declararon los pequeños.

Y es que la pelota logró superar la parte superior de la malla ciclónica y rebotar en la del campo de atrás, pero el ampáyer de bases alegaba que la pelota había atravesado la malla para después regresar de la misma manera.

Al campo arribó Rubén Flores, jefe de los umpires, quien en lugar de mediar la situación, no solucionó nada, y dejó que los jueces continuaran con su decisión. No hubo análisis, no hubo indicación para la parte afectada. También llegó Carlos Contreras, uno de los socios de la liga, quien en lugar de tomar una actitud objetiva e imparcial junto con Rubén Flores calentaron más el campo.

El juego continuó, al turno de los Leones hicieron la carrera del desempate y triunfo. No hubo celebración… todos estaban con ese sabor amargo en el que un par de umpires olvidaron la parte formativa de este circuito. Y media hora después regresaron al campo al encuentro de los astros contra los Yankees, con la misma actitud.