CIUDAD DE MEXICO, 24 de enero (SUN/AP).- El entrenador en jefe de Carneros de Los Angeles, Sean McVay, cumplió 33 años. El domingo 3 de febrero en Atlanta tendrá frente a él a Bill Belichick de 66 años. Los 33 años, es la mayor diferencia de edad entre los entrenadores en jefe en un partido por el trofeo Vince Lombardi de la NFL.
Ya que es el entrenador más joven en llevar a su equipo a un Super Bowl, McVay también puede convertirse en el más joven en ganar el Super Bowl, rompiendo un récord establecido por Mike Tomlin, quien tenía 36 años cuando sus Acereros de Pittsburgh ganaron el Super Bowl hace 10 años.
Belichick puede convertirse en el entrenador más longevo en ganar el Super Bowl, rompiendo un récord establecido por Tom Coughlin, quien tenía 65 años cuando sus Giants vencieron a los Patriots de Belichick en el Super Bowl hace siete años.
No sólo será un súper domingo, también tendrá súper diferencias entre los mariscales de campo.
Tom Brady con 41 años y Jared Goff con 24 es otro enfrentamiento entre el veterano y el joven talento de la liga que con 17 años de diferencia establecerá otra marca entre pasadores.
La última vez que hubo un margen tan amplio entre edades, Peyton Manning llevó a sus Broncos a la victoria sobre un Cam Newton de Panteras de Carolina.
Jared Goff tenía 7 años cuando Tom Brady venció a los Carneros para ganar su primer Super Bowl a inicios de 2002. Desde entonces, ha sido su admirador.
Ahora con 24 años, Goff tiene la misma edad que Brady en ese entonces. Cuando Brady aparezca en su noveno Super Bowl el próximo fin de semana en Atlanta, Goff estará del otro lado del terreno, sin intimidarse pero tampoco perdiendo la humildad.
“Es un tipo al que has admirado durante tanto tiempo”, dijo Goff el jueves. “Ahora tengo la oportunidad de jugar en uno (Super Bowl) con él. Lo respetamos, pero saldré a dar mi máximo y a ser lo mejor que pueda ser, y ojalá salgamos con un triunfo”.
Goff y Brady son de generaciones distintas, pero tienen unas cuántas cosas en común.
Ambos son originarios del Area de la Bahía y ninguno de ellos estaba en los radares de la NFL antes de ingresar a la Universidad. Ninguno de los dos dejó que eso fuera un obstáculo.