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Freddy Ríos

Han pasado 23 años desde que Santiago Méndez Gamboa, uno de los más emotivos boxeadores yucatecos de peso minimosca, perdió la vida en un lamentable accidente, pero su paso por el boxeo profesional dejó honda huella en la historia deportiva.

El viernes pasado en el marco de la décima función del torneo de boxeo amateur “Mérida me Mueve en Barrios, Colonias y Comisarías”, el Comité Organizador otorgó reconocimientos a dos inmortales del pugilismo vernáculo, el primero fue para el excampeón nacional welter y medio, José “Joe” Baquedano y el otro para Santiago Méndez.

La tarima se pobló de grandes exponentes boxísticos del pasado y el presente, destacando tres de los ocho ex campeones mundiales que Yucatán ha tenido: Gustavo “Guty” Espadas Cruz, José Gilberto Keb Baas y Wilberth “Huracán” Uicab, además del otro homenajeado Baquedano, el campeón súper-welter de la Confederación Mundial de Boxeo, Silverio Ortíz Ley; el ex campeón pluma del Sureste, José Camargo y el ex campeón estatal mosca, Rodolfo Alvarado.

Remontarse en el tiempo para recordar a Méndez, no deja de arrancar la admiración de propios y extraños para reconocer en el diminuto emeritense un verdadero modelo de pundonor y capacidad combativa.

Dueño de un impresionante repertorio de golpes, una resistencia granítica y una férrea disciplina, además de una humildad y don de gente, siempre se las arregló para brindar extraordinarios combates, muy en especial el que fue considerado el “Pleito del Año” en todo México, justo cuando se apoderó del título nacional minimosca al derrotar a otro grande de Yucatán, Javier “Candelita” Várguez.

La noche del 9 de diciembre de 1989 en el Polifórum Zamná. El combate campeonil había tenido una primera edición entre ambos yucatecos el 18 de febrero del mismo año y en el mismo lugar.

Várguez Tanía una capacidad ofensiva que rayaba en la temeridad, ambidiestro, difícil, de pegada respetable y resistencia tan buena como la de Méndez.

Esas características provocaron que el primer encuentro se le saliera de control al réferi y Várguez conservó el campeonato en un resultado por nócaut que a nadie gustó, por lo que ambos, campeón y retador, reclamaron la revancha para dirimir de una vez por todas quien era el verdadero monarca.

Y llegó la fecha. Un lleno impresionante en el majestuoso domo de la colonia Morelos y miles de televidentes fueron testigos de una de las mejores riñas entre pesos chicos que se haya registrado.

Era la cuarta vez que se enfrentaban, las primeras dos se inclinaron en favor del nacido en Cholul, cuando ambos iniciaban sus prolíficas carreras, así que no había nada que indagar.

No hubo raund de tanteo desde la primera campanada salieron a liarse con vehemencia y deseo de triunfar, hubo que extremar medidas en el cuidado de la pelea para que se lleve a cabo en el terreno puramente deportivo.

Los intercambios de metralla se realizaron casi siempre a medianía del cuadrilátero. La estrategia de Antonio “Zorrito” Franco, mánager de Méndez, era la de aprovechar las entradas del campeón para contragolpearlo, pero a Méndez no se le daba eludir los envíos de Várguez.

Cambió pues al zafarrancho y a rifársela sin pedir ni dar cuartel, poco a poco fue dominando la contienda. Al final, el “Expreso de Cholul” se llevó la victoria, pero el reconocimiento fue para ambos.

Volviendo al presente fueron las gentiles jovencitas Johana y Janeth Méndez, hijas de Santiago, las encargadas de recibir el reconocimiento a nombre de la familia.

Después del homenaje se sumaron 10 contiendas más al exitoso torneo que tendrá su próxima función el viernes 11 de octubre en la colonia Serapio Rendón, al Sur de Mérida.