Por Ele Carfelo
Al conversar con un amigo taurino, quien como este servidor, acostumbra ver por T.V. las corridas de las Ferias Españolas, tocamos el tema de ¿Por qué en Europa los PRESIDENTES (Jueces de Plaza en México) son tan exigentes a la hora de la concesión de orejas y rabos como premio por los triunfos en sus faenas y estocadas?, y quedamos de acuerdo en los criterios que deben tener estas personas a la hora de conceder los premios porque la labor de los toreros depende, en gran parte, y en mucho, del prestigio de la categoría de sus plazas de toros, y constituyen un motivo para que los toreros SE REFUERCEN un poco más para conseguir el triunfo en sus actuaciones y se entreguen más en sus faenas.
Pero también, consideramos que a veces estas autoridades son excesivamente exigentes para conceder las orejas, y mucho más los rabos a los diestros.
En México, y en general en todos los países de Sudamérica, las autoridades taurinas son más “suaves”, y los trofeos se conceden, hasta con facilidad extrema.
Pero volvamos a Europa. En las plazas europeas, y con mucho más razón en Madrid, considerada la Plaza más importante del mundo, conceder un rabo como premio a una faena, es punto menos que IMPOSIBLE. Recordamos que fue necesario muchísimo tiempo, desde que los últimos rabos se concedieron en la Plaza de “LAS VENTAS”.
Fue desde la Feria de “San Isidro” en 1972 (hace ya 47 años), cuando el último rabo fue otorgado en la capital española, a SEBASTIAN PALOMO LINARES, por una magnífica faena a un toro de la ganadería de ATANASIO FERNANDEZ, en una corrida en la que Palomo alternaba con el español ANDRES VAZQUEZ y el mexicano FRANCISCO “CURRO” RIVERA, quienes también lograron corte de apéndices, Vázquez una oreja, y el potosino rivera, cuatro apéndices auriculares. Y cuando esto sucedió, ya habían transcurrido muchos años, cuando en la misma temporada, el español CURRO CARO y el mexicano LORENZO GARZA habían cortado sendos rabos, TREINTA AÑOS antes.
Una parte del público madrileño, y gran parte de la prensa taurina, no perdonó la benevolencia del Presidente, el señor Pamguas, y en la siguiente corrida, en el Palmo número 8, que ocupan los taurinos más exigentes de Madrid, éstos adornaron su tendido, con una sábana blanca con un crespón negro, en señal del LUTO por una Plaza con el prestigio perdido por el coso con fama de “más importante del planeta”. El cartel de esa tarde, lo componían Antonio Bienvenida, Paco Camino y Julio Vega “Marimeño”. “El Niño Sabio de Camas”, Camino realizó una extraordinaria faena a uno de sus toros, de la ganadería de “SRRANZ”, faena a la que los críticos calificaron como la MEJOR FAENA DE LA FERIA, pero con el antecedente de la corrida anterior, el Presidente, el señor Tapia, otorgó únicamente dos orejas, aunque mucha gente pedía el rabo, pues aquello de Camino, había sido “un faenón”.
Al ser entrevistado Palomo Linares, ya retirado, el reportero le preguntó: “¿Qué recuerda usted del último rabo en Madrid?
Y Palomo contestó: “A rompecalderas, le había yo dicho a mi apoderado: ‘Me voy a dormir, pues mañana toreo, y le voy a cortar un rabo al toro’. Lo hice, pero en la plaza había una prensa dura, y un tendido agresivo, pero aún así, lo disfruté mucho”.
En el Museo “Del Prado”, hay un “rincón”, donde está la cabeza disecada del toro “Cigarrón” de Atanasio Fernández, y fotografías de la faena del “ULTIMO RABO CORTADO EN MADRID”. Al respecto, el torero declaró: “Es más difícil cortar un rabo en ‘Las Ventas’, que estar en el Museo del Prado!”
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