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Nueva York, E.U., 21 de mayo (AP).- Los Warriors de Golden State se han acostumbrado a ir a la final de la NBA, y su victoria en Portland la noche del lunes certificó su quinta participación seguida. Se han habituado también a esperar para que la serie por el título comience, con pausas larguísimas tras el trámite de liquidar la final de la Conferencia del Oeste.

Cuando toque iniciar el primer duelo de la definición del título de la liga, ya sea en Milwaukee o Toronto el 30 de mayo, habrán transcurrido 10 días para los Warriors. No es el paréntesis más largo en la historia de la NBA pero iguala la pausa que Golden State tuvo en 2017, y es la tercera vez en su dinastía de 5 años en la que han tenido una semana para descansar.

Un descanso muy necesario

Los Warriors ganaron la serie en Portland sin Kevin Durant, DeMarcus Cousins y Andre Iguodala -los 3 lesionados. No hay forma de saber si Durant y Cousins regresarán a tiempo para la serie final. Muchos otros jugadores de los Warriors están lidiando con dolencias.

Perder un poco de forma es siempre una preocupación durante días sin partidos, pero los Warriors ciertamente sienten que la obvia ventaja -el descanso- supera cualquier desventaja en estos momentos. Sobrevivieron tras ser llevados a 7 juegos por Houston en la final del Oeste el año pasado y tuvieron solamente 2 días libres antes de la final de la NBA.

Es una larguísima pausa. Pero no fija un récord.

La brecha más larga entre una final de conferencia y la serie por el campeonato de la NBA se dio en 1982, cuando los Lakers de Los Angeles aguardaron 12 días antes de iniciar su duelo ante Filadelfia.

La pausa de los Warriors esta temporada representa la vez 26 que un equipo tiene que esperar al menos una semana entre el término de la final de conferencia y el inicio de la gran final de la NBA.