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RIO DE JANEIRO, Brasil, 5 de julio (AP).- Ricardo Gareca fue el causante que Perú se sumiera en casi cuatro décadas de mediocridad en el fútbol internacional. No deja de resultar asombroso que ahora el técnico argentino sea el responsable del renacer de la selección peruana, llena de ilusión por jugar su primera Copa América en 46 años.

Desde que tomó las riendas del equipo de la camiseta con la banda roja, en marzo de 2015, Gareca es el responsable de acabar sequías.

Fue quien acabó la sequía de 36 años sin ir a una Copa del Mundo cuando consiguieron el boleto de Rusia 2018 mediante un repechaje.

“El equipo volvió a la esencia de tocar, correr por todo el campo, de ser solidario”, afirmó el mediocentro Yoshimar Yotún, pieza fija en las listas de Gareca y autor de uno de los goles en la victoria 3-0 ante Chile que les catapultó a la final del domingo ante el anfitrión Brasil.

La cita en el estadio Maracaná marcará la primera presentación de la Blanquirroja en esa instancia desde que venció a Colombia en una serie de tres partidos en 1975.

Por entonces, un admirado Perú se codeaba a la par de Brasil, Argentina y Uruguay en la élite de Sudamérica. Teófilo Cubillas, Hugo Sotil, Juan Carlos Oblitas, Julio César Uribe y Héctor Chumpitaz se destacaban dentro de esa camada que participó en los Mundiales de 1970, 1978 y 1982.

Todo se vio frenado un 30 de junio de 1985. Perú visitaba el estadio Monumental de Buenos Aires y ganaba 2-1 a falta de nueve minutos del final, un resultado que le daba el pase directo al Mundial de 1986. Hasta que Gareca apareció con el gol que le dio la clasificación a la Albiceleste.

Gareca no jugó en México, donde Argentina alzaría su segunda Copa del Mundo y Diego Maradona se convertiría en mito. Perú, por su parte, desapareció, tocando fondo con un último puesto en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2010.

Por cosas de la vida, ahora, el “Tigre” pasó de verdugo a adalid del fútbol peruano.