Deportes

Doble efeméride de nacimiento y muerte de un torero “de época”

Por Ele Carfelo

Hace menos de un mes que mi vida, larga y feliz, llegó a los ochenta y ocho años, gracias a Dios, en primer lugar, sobre todo por haber permitido que este largo período de tiempo lo hubiera yo pasado casi exento de enfermedades, accidentes, y de todo tipo de problemas, y me ha permitido haber nacido en una familia maravillosa, la que he podido prolongar hasta el momento actual, en el que estamos esperando próximamente a mi BIZNIETO NUMERO DOCE, estupenda familia que me ha proporcionado una felicidad extraordinaria, cuya fase actual inició con la compañera mejor que haya podido tener hombre alguno. Y por si fuera poco, también acompañado de diferentes grupos de AMIGOS, VERDADEROS AMIGOS, y con muchos de ellos he compartido el disfrute y la vivencia de mi distracción favorita: LA FIESTA DE LOS TOROS.

Durante el tiempo que he disfrutado este emocionante, luminoso, incomparable ARTE, he leído mucho, libros enteros, revistas, me he enterado por el radio, la televisión, de tantos medios cibernéticos de la actualidad, de las historias, biografías, conversaciones, inclusive he mantenido algún grado de amistad con algunos hombres excepcionales que han dedicado su vida a la práctica de la tauromaquia.

Algunos de ellos los conocí, a otros inclusive los vi torear, y a todos los he admirado. Pero tal vez he conocido, lo que se llama CONOCER, a los que de ellos he leído. Y hay uno de todos ellos, que es de quien más he leído: JOSE GOMEZ ORTEGA “JOSELITO”, español, lo que no es nada raro, ya que España es la cuna del toreo.

La vida, inclusive, de José Gómez Ortega, es apasionante y peliculesca por sus vivencias, sus anécdotas y, especialmente, de lo sensacional que fue su vida torera, lo apasionante, a pesar de lo corta que fue, terminando en una brutal tragedia, en una muerte inesperada, y el mito que se ha formado alrededor de su historia.

JOSE GOMEZ ORTEGA, apodado “JOSELITO” y también “GALLITO”, proveniente de una familia taurina, la famosa dinastía de “LOS GALLOS”, pues todos ellos llevaban el apodo “Gallo”. Nació en Gelves, Sevilla, el 8 de mayo de 1895, hijo del matador de toros Fernando Gómez “El Gallo”, y hermano de otro no menos famoso que él, Rafael Gómez Ortega “El Gallo”, quien le otorgó la alternativa de matador de toros en la tierra natal de ambos, Sevilla, el 28 de Septiembre de 1912. Y después de una carrera taurina excepcional caracterizada por una gran maestría y sapiencia en su forma de ejecutar el toreo, tuvo una muerte inesperada, precisamente por su maestría, de una cornada que le infringió el toro “BAILADOR” de la Ganadería de la “Viuda de Ortega”, en la Plaza de Talavera de la Reina, Toledo, el 16 de mayo de 1920. O sea que este mes de mayo, se cumplen las efemérides de su nacimiento, el día 8, y de su trágica muerte, el día 16.

A continuación, hablaremos algo más acerca de su torería, y de la gran tragedia que rodeó su muerte, que ahora, CIEN AÑOS DESPUES, España, Sevilla y el mundo taurino, siguen recordando con cariño y tristeza.

Hace 100 años, un toro mató al torero más completo de la historia

Anteriormente, comenzamos a referirnos al torero que, a decir de muchos aficionados, críticos, estudiosos del toreo, y de muchos toreros también, era el más completo de la historia, y anunciamos que hablaríamos algo más acerca del suceso trágico taurino más célebre de toda la historia taurina, pues hoy, 16 de mayo del 2020, hace CIEN AÑOS que el toro “BAILADOR” mató a este torero de una espeluznante cornada en la pequeña plaza de toros de Talavera de la Reina, en Toledo, España, muy cerca de Madrid.

El 28 de septiembre de 1912, tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla, JOSE GOMEZ ORTEGA, apodado “JOSELITO” y también “Gallito”, pues era el menor de la famosa dinastía de toreros sevillanos, de manos de su hermano Rafael Gómez Ortega “El Gallo”, quien había nacido el 8 de mayo de 1895.

“Joselito” fue indudablemente el torero más completo, dominador, “largo”, que ha pisado los ruedos, poseedor de una gracia y tan profundos conocimientos en materia taurina, que ha pasado a la historia taurina como a quien nadie ha podido jamás aventajarle.

Se afirma que José fue torero desde su más tierna infancia, porque desde sus ocho o diez abriles, comenzó a asistir a tientas y encerronas llevado por sus hermanos, donde desde el primer momento mostró su aptitud y condiciones para llegar a convertirse en un gran torero. Tras breve temporada de becerrista y novillero, demostró de modo irrebatible que se sabía todo el toreo, y que “podía” con toda clase de toros, pues llegó a tomar la alternativa cuando apenas tenía dieciséis años y, desde entonces, hasta el día de su desgraciada muerte, se le calificó como “El Rey de los Toreros”, teniendo en cuenta que tuvo como competidor al artista “revolucionario” del toreo, JUAN BELMONTE, quien señaló nuevas normas del toreo, que José, con su aptitud y sabiduría, captó rápidamente y adaptó fácilmente a su modo de torear.

“Joselito” dominó y ejecutó a la perfección todo el toreo conocido, con ARTE y ANGEL verdaderamente extraordinarios. Dedicó por entero su vida al toreo, a perfeccionarse, a un enfrentamiento constante, y su imponderable orgullo profesional hizo que muy rara vez le pudiera ganar la pelea en el ruedo NADIE, como no fuera el gran Belmonte.

Fue, como hemos dicho, torero completísimo, pues toreaba con el capote de todas las maneras conocidas, e incluso inventó y mejoró muchos lances, a la verónica, de frente y por detrás, por navarras, galleando, a una mano, quebrando y faroleando. Con las banderillas también resultó un extraordinario maestro, poniéndolas en todos los terrenos y de todas las maneras, con arte y dominio insuperables. Con la muleta le sucedía otro tanto, no había toro, por malo que fuese –y en su época había muchos toros llenos de dificultades–, que no quedase dominado desde los primeros muletazos. Y después toreaba con lucimiento, dando cuantos muletazos eran conocidos, con una rara y especial perfección. Y estoqueando, mataba excelentemente por volapiés, tanto con la poco usual forma de “matar recibiendo”. Todo esto fue lo que causó consternación cuando, en la Plaza de Talavera de la Reina, el toro “Bailador”, que estaba “reparado de la vista”, se le “arrancó” inesperadamente, sorprendiendo al torero, destrozándole todo el abdomen y terminando inesperadamente con la vida de José, quien llegó ya sin vida a la enfermería.

Este trágico suceso, que acabó con la vida y la gloriosa carrera del “Rey de los Toreros”, es lo que los taurinos no podemos olvidar, y es por eso que en esta fecha, 16 de mayo, aún recordamos con tristeza y dolor; especialmente hoy, que se cumplen CIEN AÑOS de esta inesperada e inexplicable tragedia, que cubrió para siempre de luto nuestra fiesta de los toros.

elecarfelo@hotmail.com