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Jorge Cano, “el artesano del boxeo”

En 1987 fue considerado el mejor boxeador yucateco en el extranjero
Foto: Especial

El boxeo profesional suele ser un gran exhibidor de estilos competitivos para que el aficionado elija lo que más le agrade. La gran masa se inclina por los combates entre fieras que sacan lo más profundo y primitivo de nuestros impulsos. Otros, se inclinan en el boxeo clásico, el cerebral, donde se requiere un talento especial para gustar al público y, sobre todo, al empresario, que es el que contrata.

De los más cerebrales técnicos que han pisado un entarimado para boxeo está don Jorge Cano Angulo, minimosca de espigada complexión que llegó a codearse con lo mejor de su época, derrotó a dos ex campeones mundiales, paseó su clasicismo por Corea, Tailandia, Francia y las más destacadas sedes mexicanas.

El 11 de agosto de 1984 protagonizó con el ex campeón mundial Juan Herrera la pelea de año en la Coliseo metropolitana, disputó el campeonato mundial a Jung Koo Chang el 10 de noviembre de 1985, ganó en 1986 el diploma “Miguel Canto” que otorgaba la comisión de box del entonces Distrito Federal para el boxeador que demostrara mejor comportamiento en su vida personal, y en 1987 fue el mejor boxeador yucateco en el extranjero y llegó a coronarse 3 veces titular de los minimoscas de México.

La primera ocasión en que Cano ganó el título nacional, fue contra su paisano, el hunucmense Luis Enrique Keb Bass “Baby Luis”, el 29 de septiembre de 1984 en un pletórico polifórum Zamná de la capital yucateca.

La contienda despertó el interés de toda la nación ya que se enfrentaban dos de los mejores.

Luis, de estilo comercial, llegó a rayar en la idolatría vernácula. Era campeón de Yucatán desde el 15 de diciembre de 1982. Cano por su parte, había competido hasta en peso gallo por la falta de adversarios. Luis y Jorge se conocían muy bien pues ambos entrenaban juntos en el gimnasio Bosco, bajo la dirección de don René Villalobos.

El enorme ex campeón nacional de peso ligero Bernabé “Baby” Vázquez acompañó al de Hunucmá en su esquina para la velada del campeonato. Cano lució aquella noche una velocidad de vértigo, pero eso no impidió que en la séptima vuelta un relampagueante derechazo lo depositara en la lona. Al final la decisión fue para Jorge Cano.

Aquel cotizado campeonato (hoy lamentablemente extinguido), llegó a Jorge Cano un par de veces más, en ambas el adversario fue el sensacional oaxaqueño de nacimiento y acapulqueño por adopción Emilio Santos Hernández, la primera fue el 22 de marzo de 1986 en la ciudad de México y después en Acapulco 27 de febrero de 1987.

Ahora Cano enseña lo que bien aprendió, sus boxeadores han ganado para Yucatán varias preseas nacionales en boxeo olímpico.

Con información de Freddy Ríos

Por Redacción Digital Por Esto!

JG