Una noche mágica, inolvidable, vivió el pitcher zurdo sonorense Oscar Rivera Ruiz, de los Leones de Yucatán, quien dio un monumental salto a la historia en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) al retirar 27 auts de forma consecutiva para cubrirse de gloria lanzando el Juego Perfecto. La efeméride se celebra el 7 de agosto y la hazaña la recordamos hoy 15 años después.
La proeza tiene un sabor especial porque Oscar Rivera, quien a sus 23 años de edad la logró, no en un partido de calendario regular sino en un juego de postemporada, contra los Guerreros de Oaxaca, siendo el zurdo el primero en lograr el cierre en pleiofs. Fue el Juego Perfecto 11 en la historia de la LMB, el tercero de 9 entradas.
El Parque Kukulcán se estremeció cuando la afición aclamó al sonorense vitoreando su apellido: ¡Rivera! ¡Rivera! ¡Rivera! cuando se dirigía al montículo para lanzar la octava entrada, la que despachó igual que las anteriores: a ritmo de conga.
Llegó el noveno inning y los nervios de todo el mundo estaban a punto de estallar. Después de retirar a sus primeros dos enemigos, enfrentó al emergente José Montenegro y con la cuenta de dos bolas y un strike, perdió la zona de contacto y la situación se puso color de hormiga para el sonorense que con nervios de acero realizó un lanzamiento que mordió la esquina de afuera para dejar el conteo en 3 y 2.
El bateador amagó con irse a la inicial pero el ampayer Salvador Viera lo frenó al marcar el segundo strike y Oscar Rivera culminó su obra con un disparo hacia la esquina interior engañando a su rival, al que dejó con la carabina al hombro para el aut 27. La hazaña se consumó y el Kukulcán explotó.
Con el boleto a la siguiente etapa de pleiofs, los Leones enfrentaron a los Olmecas de Tabasco al que eliminaron también en 7 juegos. Oscar lanzó el último compromiso de la serie con otro gran cierre y le ganó el duelo de pitcheo al oaxaqueño Jesús “Chito” Ríos, quien en su momento se convertiría en una leyenda del béisbol mexicano.
Oscar Rivera compartió para los lectores de Por Esto! que el juego perfecto lo sigue recordando con mucha alegría, con mucho entusiasmo, pero más allá del logro personal, el sonorense valora la responsabilidad de hacer bien su trabajo por la afición de Yucatán y por su equipo, que había luchado por llegar a los pleiofs.
Aseguró que la presión existía pero no por lanzar el Juego Perfecto ya que estaba enfocado en ganar el juego que era de vida o muerte; incluso, admitió, el mérito no fue sólo de Oscar Rivera sino también de sus compañeros que pusieron su granito arena para obtener el resultado que necesitaban para seguir avanzando.
Todo lo que ha logrado en el béisbol, afirmó, con los sacrificios que representa estar alejado de la familia, por los viajes, las concentraciones, las temporadas largas, “valió la pena”.
Allende de los sueños que tiene, Oscar Rivera quiere “que no me olviden, que me recuerden por algo bueno que hice; estaré siempre con mi familia viendo a mis Leones teniendo muchos éxitos y muchos más campeonatos”.
Uno de ellos, indicó, es estar en el Salón de la Fama del béisbol mexicano, porque considera que el esfuerzo realizado para lograr la hazaña del Juego Perfecto lo puede hacer merecedor de un lugar entre los inmortales en el rey de los deportes.
El otro anhelo que espera sea una realidad algún día, “que sería algo muy bonito para mi persona, algo muy emotivo”, es el retiro del número 6 que utilizó durante su carrera con los Leones de Yucatán.
Mencionó que ese número lo utilizó en los equipos donde jugó, tanto en la LMB como en la liga invernal en el Pacífico, aunque siempre quiso portar el 34 de Fernando Valenzuela, el 23 del basquetbolista Michael Jordan, los que ya tenían “dueños”, pero como novato no le dieron la opción de elegir el propio y tuvo que aceptar el seis porque no había
Con información de Juan Diego Casanova Medina
Por Redacción Digital Por Esto!
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