El Mundial en Qatar, que ha sido duramente criticado por muchas de sus absurdas normas hacia las mujeres y un sinfín de reglamentos muy poco inusuales en el mundo, dio un golpe en la mesa que dejó con rostros de felicidad a los amantes del futbol y de paso a la humanidad, porque el género femenino volvió a demostrar que no existen diferencias ni límite alguno que las detenga.
Un hecho histórico ocurrió en el estadio Al Bayt el 1 de diciembre del 2022, pues por primera vez en un Mundial de balompié masculino, una terna arbitral completamente femenina impartió justicia en el partido entre Alemania y Costa Rica.
El suceso podría ser un parteaguas para todo el futbol mundial, pues lo que hicieron la silbante central Stéphanie Frappart (Francia), la asistente uno Neuza Back (Brasil) y por supuesto la mexicana Karen Janet Díaz Medina -que actuó como segunda asistente- fue puntualmente un mensaje de que las mujeres pueden y podrán contra todo.
Observar los altos niveles de testosterona de 22 jugadores en cancha, en compañía de tres inteligentes, trabajadoras y capaces mujeres fue lo mejor que ha regalado una Copa del Mundo, porque tardó poco más de 92 años (desde Uruguay 1930) en dignificar la equidad, especialmente, en un deporte que se creía haber sido inventado para hombres. De ahora en adelante, se necesitan más Stéphanies, más Neuzas y más Karen Díaz.
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JG