“Que esta noche tenemos que ganar” cita una de las estrofas más emocionantes por parte de una afición que esperanza ver al América a su equipo levantar el ansiado título 14. Hoy se estrena un nuevo capítulo de una saga que ha sido imponente y que a pesar de ello no deja de generar dudas.
Y es que la asfixiante exigencia del americanismo no cesa. Por muy exagerado que parezca, la hinchada sabe que este año no puede acabarse sin antes festejar un campeonato, un firme objetivo que se trazó desde 2018, cuando se pusieron la corona por última vez; curiosamente esa noche mágica aconteció en el inmueble más importante de la historia del futbol mundial, el estadio Azteca.
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Se dice fácil para un equipo que puede discretamente abrir la cartera para armar un plantel vasto; sin embargo, el camino no ha sido nada sencillo para un club soberbio y presumido que ha tenido que desprenderse de varios jugadores y cuerpos técnicos para volver a encontrar la fórmula, la mística de unas Águilas que por años han sembrado ese odio deportivo. Sí, el sello de la casa.
Así son los que visten de amarillo, esos que demostraron ser el mejor equipo del semestre, los mismos que se encargaron de elevar el nivel de un campeonato que parece ir en reversa, pero que cuando ellos están, intensifican los sentidos. Es por eso que esta noche deberán dar el primer paso en la final de ida en la casa de Tigres, un recinto muy a modo en los últimos enfrentamientos, pues desde el 3 de diciembre de 2017 no saben lo que es perder. Son ocho juegos sin caer en el Volcán, cinco triunfos y tres empates registra un Ave que quiere mantener el ímpetu que hoy los tiene aquí.
El odiado rival de México está cerca, muy cerca de aumentar su dominio en el futbol mexicano. ¿Habrá algún atrevido que pueda frenar a este equipo? Puede que lo haya, el único conjunto que tiene las credenciales y que es capaz de detener al América son precisamente los de la UANL, el club de época, el monarca más prolífero de la actualidad.
Grande de la década busca ser campeón
“Te quiero ver campeón otra vez”, cantan los Incomparables, quienes saben que en su patio están obligados a dar el primer zarpazo que los encamine a la selecta lista de bicampeones del futbol mexicano, junto a Pumas, León y Atlas
La pregunta es, ¿Qué le hace falta a Tigres? Es el actual campeón, es un club de largo alcance y su organismo se ha convertido en un modelo a seguir. Pese a eso, aún se cuestiona su grandeza. Historia tiene de sobra, especialmente en la última década, donde se ha metido a 11 finales desde que se crearon los torneos cortos con liguilla. Del 2011 para acá han levantado seis títulos de liga, incluidos el que le ganó a Rayados en 2017 y en los que se impuso a los dos equipos más populares de México: América (2016) y Chivas (2023).
El plantelazo con el que cuenta el entrenador Robert Dante Siboldi es un híbrido entre talento juvenil y futbolistas consolidados, una combinación perfecta para poder competirle a cualquiera y controlar las emociones en situaciones como esta, en la que se sabe que los felinos no han podido ganarle al América en casa.
No obstante, en esta temporada defendieron con honores el Volcán y hasta ahora no han permitido que ningún equipo triunfe en sus tierras. Llama la atención que las Águilas sea el único equipo que en esta Apertura no haya perdido como visitante, aunque de igual forma un triunfo del rival en su propia casa no originaría pánico, porque a los de la UANL no les adolece dejar ir la ida, ya que de los ocho títulos conseguidos, seis los ha levantado fuera de su hogar.
La experiencia hablará en el campo de batalla, y es que desde la posición del arquero se nota a leguas la madurez de un equipo que no envejece, evoluciona. Nahuel Guzmán es la seguridad del club, Guido Pizarro, el eje y el empuje, mientras que el francés André-Pierre Gignac lo es todo, el arma que apunta y dispara sin piedad.
Desde que llegaron estos tres futbolistas se formó la columna vertebral y el soporte de un cuadro poderoso que ha necesitado de las cualidades de esta terna para levantar cinco títulos desde el 2015.
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NM