La decisión de Red Bull de prescindir de Sergio "Checo" Pérez ha desencadenado consecuencias financieras y mediáticas significativas para la marca austriaca. Según el Bloomberg Billionaires Index, la compañía ha experimentado una pérdida de 978 millones de dólares, coincidiendo con el anuncio de la salida del piloto mexicano de la escudería de Fórmula 1.
Mark Mateschitz, propietario del 49% de Red Bull, ha visto reducida su fortuna de 21,800 millones a 20,900 millones de dólares, a pesar de que la empresa reportó ventas récord de 12,100 millones de latas y generó ingresos por 11,600 millones de dólares durante 2023. Este declive financiero se produce en un momento particularmente sensible para la marca.
El impacto no se ha limitado al ámbito financiero. Las redes sociales de Red Bull han experimentado una notable disminución en su base de seguidores tras el anuncio realizado el 18 de diciembre por Christian Horner. En la plataforma X (anteriormente Twitter), la cuenta oficial de la escudería ha perdido más de 70 mil seguidores, pasando de 4.775 millones a 4.704 millones de usuarios.
La reacción de los aficionados mexicanos ha sido especialmente notable en las plataformas digitales, donde se ha registrado un éxodo masivo de seguidores. Este fenómeno demuestra el significativo impacto que la base de fans de Checo Pérez tenía en la presencia digital de la marca, evidenciando el poder de la afición mexicana en el mundo del automovilismo.
Este doble golpe, tanto financiero como en redes sociales, plantea interrogantes sobre las implicaciones a largo plazo de la decisión de Red Bull, especialmente considerando el importante mercado que representa México para la marca de bebidas energéticas y el apoyo incondicional que los fans mexicanos han mostrado hacia su piloto nacional.