Si se buscaba un inicio con chispa para la histórica trilogía de Clásicos Nacionales que se avecina, el resultado no pudo ser mejor para la afición rojiblanca. Las Chivas del Guadalajara consiguieron una valiosa victoria de 1-0 sobre el América en el partido de ida de los octavos de final de la Concacaf Champions Cup, también conocida como Concachampions.
El triunfo, que llegó gracias a un autogol del defensa uruguayo Sebastián Cáceres al minuto 77, representa un inicio inmejorable para Gerardo Espinoza en su debut oficial como técnico del Rebaño, apenas días después de haber asumido el cargo tras la destitución de Óscar García Junyent.
Contrario a lo que muchos pronosticaban, el encuentro disputado en el Estadio Akron no mostró a un América arrollador ni a unas Chivas completamente sometidas. Si bien es cierto que el equipo azulcrema, actual tricampeón de la Liga MX, tuvo lapsos de dominio y mayor posesión del balón, los rojiblancos supieron mantenerse ordenados y aprovechar la fortuna cuando esta se presentó.
El equipo dirigido por André Jardine, acostumbrado a manejar los tiempos de las eliminatorias a ida y vuelta, mostró su jerarquía en varios pasajes del encuentro. Sin embargo, los intentos ofensivos de las Águilas, liderados por Henry Martín y complementados por Alejandro Zendejas y Brian Rodríguez por las bandas, carecieron de la contundencia necesaria para vulnerar el arco rojiblanco.
Por su parte, el Guadalajara, a pesar del poco tiempo de trabajo bajo las órdenes de Espinoza, exhibió mayor organización defensiva que en partidos recientes y supo mantener la compostura en los momentos de mayor presión azulcrema.
AG