La 97ª edición de los Premios de la Academia, que se celebrará este domingo 2 de marzo en el emblemático Dolby Theatre de Los Ángeles, pondrá de manifiesto una vez más la poderosa conexión entre el cine y el reino animal.
En una tendencia que parece consolidarse año tras año, los protagonistas de cuatro patas, alas o aletas han conquistado no solo el corazón del público mundial sino también el reconocimiento de la crítica especializada y los miembros votantes de la Academia.
Particularmente en la categoría de Mejor Película Animada, tres de las cinco producciones nominadas este año han convertido a diversas especies animales en los vehículos perfectos para explorar temas universales como la soledad, la amistad interespecies y la familia no convencional.
La producción letona "Flow", dirigida por Gints Zilbalodis, representa quizás la apuesta más audaz de la categoría. Esta película muda —sin diálogos ni antagonistas tradicionales— ha recorrido un impresionante circuito de festivales internacionales, incluyendo Annecy y los Premios del Cine Europeo, antes de asegurar su doble nominación al Oscar como Mejor Película Animada y Mejor Película Internacional.
Su protagonista, un pequeño gato negro, emprende un viaje transformador junto a una peculiar compañía: una capibara, un lémur, una garza y un perro. A través de esta caravana improbable, Zilbalodis explora las dinámicas de comunidad y supervivencia, prescindiendo del lenguaje verbal para crear una experiencia cinematográfica universal que trasciende barreras culturales.
Por su parte, "Robot Salvaje", dirigida por Chris Sanders (conocido por su trabajo en "Cómo entrenar a tu dragón"), se posiciona como la favorita para llevarse la estatuilla dorada tras arrasar en premiaciones previas como los Annie Awards, los Critics Choice Awards y los galardones del Sindicato de Productores. La película narra la historia de Roz, un robot que naufraga en una isla remota y debe reprogramarse para interactuar con la fauna local.
El corazón emocional de la historia radica en su vínculo con un zorro y, especialmente, en su decisión de adoptar a un ansarino huérfano, explorando así conceptos de maternidad y familia que trascienden las definiciones biológicas. Esta narrativa de conexiones improbables resuena con un público cada vez más consciente de las posibilidades afectivas más allá de lo tradicional.
La tercera contendiente con protagonistas animales es "Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas", que marca el regreso de estos queridos personajes británicos tras años de ausencia en la pantalla grande.
Si bien sus posibilidades de victoria se ven disminuidas frente a competidores más innovadores, la presencia de Gromit —el ingenioso perro— y el retorno de Feathers McGraw —el pingüino antagonista— mantienen viva la tradición de personajes animales memorables en la cinematografía. Esta edición de los Oscar también recuerda la importancia histórica de los animales en el cine, desde el legendario pastor alemán Rin Tin Tin —quien supuestamente fue el verdadero ganador no oficial del primer Oscar a Mejor Actor en 1929— hasta casos más recientes como Messi, el border collie de "Anatomía de una Caída" que asistió como invitado especial a la ceremonia del año pasado.
Estos ejemplos confirman que, ya sea como actores reales o personajes animados, los animales continúan escribiendo algunos de los capítulos más entrañables en la historia del séptimo arte.