Los cenotes en Yucatán eran sitios sagrados para los mayas, ya que representaban portales o ventanas al mundo de los muertos conocido como Xibalbá.
Aunque no se sabe con exactitud cuántos existen, se estima que hay más de tres mil cenotes, y en ellos se realizaban varios rituales, siendo el más conocido el denominado Chen Ku.
Para los mayas, las ofrendas para los dioses fueron importantes, por lo que el ritual del Chen Ku consistía en arrojar a personas a los cenotes, tal y como lo registró Fray Diego Landa quien comentó que en el cenote de Chichén Itzá arrojaban a personas vivas, creyendo que saldrían al tercer día, aunque nunca ocurría.
Esto se hacía durante ciertas fiestas, y se elegían a sirvientes y niños para el sacrificio.
Según el libro de "Inframundo maya y los sistemas kársticos" de la doctora Carmen Rojas Sandoval, se sabe que los cenotes eran sitios propicios para una gran variedad de ceremonias, no sólo para el sacrificio, los hallazgos del Cenote Sagrado han generado la idea de que los cenotes son poseedores de grandes riquezas.
Pero en Chichén Itzá también se han encontrado una variedad de ofrendas, como objetos de jade, cobre, oro e incluso textiles.
Cercano a los cenotes, los mayas construyeron diversos tipos de estructuras, tales como templos, plataformas, escaleras, etc.
Actualmente es posible encontrar pequeños adoratorios donde se colocan tres cruces, elaboradas en madera o roca, las cuales se “visten” con los característicos huipiles yucatecos.
Por Redacción Digital Por Esto!
JG