Entretenimiento / Virales

La solidaridad es para todos con independencia de cómo piensen

La espiritualidad prohibida / De lo que he visto, de lo que he vivido, de lo que pienso y creo

Félix Sautié Mederos

De nuevo, se reviven por el actual presidente de los Estados Unidos las ideas de Thomas Robert Malthus y la teoría actual derivada que se denomina la “sociedad de los dos tercios”: dos que sobreviven y uno que es aniquilado para que dos sobrevivan. Mi testimonio de vida

DXXXV

En el actual panorama mundial, la solidaridad que Cuba pone en práctica tiene un alto componente de la nobleza que es inherente a la cultura del mundo en que estamos enclavados, de amor al prójimo como a uno mismo, que incluso el Apóstol Juan caracterizó con su planteamiento de que si me dices que amas a Dios que no ves y no amas a tu hermano que ves, te digo que es mentira. Y que, en el Evangelio de Mateo, capítulo 25, versículo 31 en adelante, se define muy claramente con las siguientes palabras: “[…] tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo; y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí […] cuánto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños a mí me lo hicisteis […]”.

En consecuencia, muy hipócritas y farsantes (uso estos términos tan drásticos porque no encuentro otras palabras más precisas para caracterizarlos) los que en nombre de la “libertad” y de la “cultura universal”, atacan a las misiones solidarias de Cuba. Lo hacen mientras que su mundo se está cayendo en pedazos, sin que ellos lo acepten; entre tanto, Mr. Trump no se cansa de transmitir sus desvaríos, cada día más evidentes y justificativos de su actividad fallida en la atención a la pandemia. A tales efectos, considero muy importante expresar un testimonio de lo que está sucediendo, porque cuando el tiempo pase, será muy importante no olvidar, como se han olvidado muchas cosas de Hitler y de los fascistas en época de la Segunda Guerra Mundial, con circunstancias que hoy se repiten con muy poco pudor. A continuación, me explico y expreso mi testimonio sobre lo que estamos viviendo.

En este orden de pensamiento, transcribo de inicio, un post publicado en el blog “Segunda Cita”, de Silvio Rodríguez, que considero muy interesante tenerlo muy en cuenta:

Orestes H dijo...

Hoy siento preocupación y pena por mis compatriotas en EE. UU., en particular por aquellos que forman parte de los casi 10 millones de norteamericanos que han quedado sin empleo (1), como consecuencia del efecto en la economía del COVID-19, y que buscan desesperadamente alguna ayuda de gobiernos locales y federal para poder alimentarse ellos y su familia. Y no hablo de “homeless”.

He leído noticias y acabo de ver en televisión el reporte de una reconocida cadena de habla hispana, en el que se advierten imágenes dolorosas de cubanos residentes en Hialeah en Miami, literalmente “amontonados” en colas con el objetivo de aplicar para bonos de asistencia y así poder comprar algunos insumos, en muchos casos sin siquiera ser atendidos.

El alcalde reconoce ante las cámaras que muchas de esas personas tienen más de un mes sin recibir salarios o pagos pues han sido despedidos sin ayuda ninguna. La situación está tanto al límite, que en las imágenes se puede verificar como la mayoría de estas personas, de todas las edades, no respetan los reclamados 2 metros para evitar el contagio por COVID-19, en un estado donde la cifra de contagiados supera las 15000 personas. Solo en el Condado de Miami Dade, donde se ubica Hialeah, según el noticiero mencionado hay más de 5000 personas positivas al virus y los fallecidos superan los 400, registrándose 42 muertes en un solo día.1 Lamento mucho esta situación. En un contexto en el que se respira en las redes muchos mensajes de odio hacia Cuba y hacia quienes en ella vivimos, por una minoría vergonzosa que incluso ha llegado a desear que la pandemia arrase con la isla, en lo personal envío a mis compatriotas residentes en EE UU, en particular en La Florida, a los que trabajan honestamente de sol a sol para alimentar a su familia, piensen como piensen, un mensaje de solidaridad desde Cuba donde no anida el odio, muestra de lo cual es la solidaridad y cooperación con nuestro propio pueblo, extensivo a muchas naciones en los 4 confines de la tierra, sobre todo en tiempos de pandemias y desgracias. Saludos, Orestes H. 9 de abril de 2020, 0:45

Pienso que todo lo planteado en ese post, de seguro que cuando este artículo se publique, habrá cambiado por lo vertiginoso que se está comportando el coronavirus de marras en los Estados Unidos. Lo que deseo es que sean menores, pero como van las cosas, me parece que serán peores, ojalá me equivoque de plano; es todo lo que deseo. No obstante, creo importante plantear algunas consideraciones esenciales. Dada la situación que estamos viviendo y las amenazas recrudecidas que el Gobierno de Mr. Trump está planteando contra Cuba y Venezuela, incluso con la implementación de un bloqueo naval a las costas venezolanas que se asoman al océano Atlántico, lo que constituye una medida de guerra abierta, y lo peor de todo las opiniones rencorosas que manifiestan un grupo de cubanos asentados en los Estados Unidos.

El contenido del post que cito más arriba entra en un verdadero contrapunteo existencial con las tercas actitudes de quienes no reconocen esas realidades, mientras que su mundo real se desmorona a sus pies. Ellos con persistencia expresan repetidamente sus criterios cargados de ataques contra Cuba, tómese la medida que se tome. Constantemente solo plantean desastres y destrucciones en la Isla, que en sus mentes se imaginan porque, en definitiva, no están presentes aquí donde las realidades son verdaderamente contrastantes con las que ellos están viviendo. En concreto, sus realidades son críticas; mientras que lo que plantean sobre Cuba clasifican como fake news, de esos que representan verdaderamente sus odios y rencores tal como quisieran que estuvieran manifestándose.

Triste y pérfida gestión que se asocia con los enemigos que quieren destruir nuestro país, que en la práctica concreta ya no es el suyo, aunque todavía para muchos de ellos es el asiento de los que aún son sus familiares y amigos de ayer, coterráneos todos que hoy viven en el territorio nacional. Eso no les importa o lo desconocen por incultura supina y/o mala fe. Olvidan también aquel axioma que plantea que “Roma paga a los traidores, pero los desprecia”. De lo cual Mr. Trump su “héroe” del momento, es un verdadero maestro en el desprecio a los demás.

Un ejemplo muy significativo que nos trae la prensa internacional en los momentos en que escribo este capítulo testimonial, es que mientras que Estados Unidos está impidiendo internacionalmente que Cuba pueda adquirir lo necesario para la lucha contra la pandemia, ha hecho correr en los medios internacionales una fake news en el sentido de que ellos han vendido medicinas a Cuba. Una vez más: una MENTIRA que repiten como papagayos lo que nos atacan en cada cosa que hacemos.

Al respecto, creo muy importante e informativo y que debería quedar como testimonio de vida citar un despacho de la colega Andrea Rodríguez, corresponsal en Cuba de la Agencia AP, publicado en Cubadebate el sábado 11 de abril 2020:

Cuba desmintió el viernes una declaración de Estados Unidos de que ese país le vendió medicinas el año pasado, y una vez más rechazó el embargo que enfrenta mientras padece la pandemia del coronavirus.

“El bloqueo tiene un gran impacto en la vida cotidiana de la población”, expresó durante una entrevista con The Associated Press el doctor Lázaro Silva, vicepresidente de Medicuba, el organismo estatal que importa insumos para la sanidad. “Hay un grupo de recursos que nosotros adquirimos y que comprar en Estados Unidos nos favorecería porque es un mercado mucho más cercano”.

En años anteriores se hizo contacto con unas 60 firmas de insumos médicos, indicó Silva, pero sólo dos contestaron, entre ellas Bayer, que fue la única con la que se logró un acuerdo en 2019. Sin embargo, tampoco se pudo ejecutar, pues la empresa alegó que se había vencido su permiso del Departamento del Tesoro.

El embargo que Estados Unidos le aplica a Cuba desde hace 60 años tiene ciertas excepciones para las medicinas y los alimentos. En la década pasada hubo intercambio sobre todo en comida, pero éste se fue paralizando luego de que el presidente Donald Trump endureció las condiciones y congeló la política de acercamiento establecida por su predecesor, Barack Obama.

Esta semana, el subsecretario de Estado interino para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, escribió en su cuenta de Twitter que, en 2019, Estados Unidos “exportó millones de dólares de productos médicos” a Cuba, y que decir lo contrario era una campaña de desinformación del gobierno de la isla. La encargada de negocios de Washington en Cuba, Mara Tekach lo repitió en un video difundido en las redes sociales.

Silva negó lo dicho por los funcionarios estadounidenses. “Invito a que muestren las evidencias de que a Medicuba le han estado vendiendo medicamentos, y Medicuba es el único que importa medicamentos”, señaló.

En cambio, reconoció que sí se adquieren algunos productos para enfermedades específicas a través de terceros países o en reventa. Por su parte, el doctor Néstor Marimón, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud, aseguró que en el último año Cuba perdió 160 millones de dólares por las sanciones estadounidenses en el ámbito de la salud, teniendo que ir a comprar a lugares alejados con fletes caros, por ejemplo. Durante el gobierno de Trump, el embargo “se ha recrudecido, y con la epidemia ese recrudecimiento es mayor porque necesitamos (medicamentos) de forma urgente, ágil, y tenemos que recurrir a mercados lejanos”, denunció. El objetivo de Trump es asfixiar a la economía isleña para presionar a que haya un cambio político. “El bloqueo ya de por sí es cruel. Esa crueldad se duplica y se triplica cuando usted no alivia esas medidas para permitir resolver medicamentos y equipos para personas que están sufriendo una epidemia”, expresó Marimón. Algunos países, incluido Argentina, así como la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, y grupos eclesiales, le han solicitado a Estados Unidos que cancele las sanciones a Cuba y Venezuela para facilitar la lucha contra el COVID-19. Andrea Rodríguez está en Twitter comowww.twitter.com/ARodriguezAP

En cambio, Estados Unidos ha impedido que una donación de una empresa China, Alibaba, llegue a Cuba, por cuanto la empresa transportista se negó a traer la carga para no verse implicada en las medidas de recrudecimiento del bloqueo a Cuba establecidas por Mr. Trump. Otra situación muy concreta al respecto es la noticia de que Estados Unidos acaba de comprar la fábrica de respiradores artificiales que vendía a Cuba esos equipos imprescindibles y que de inmediato se suspendió todas las operaciones con nuestro país. Entre tanto, la gestión solidaria de Cuba en apoyo a la lucha contra la pandemia va en aumento y no se detiene, mientras que está por ver que Estados Unidos les envíe algún médico y/o ayuda. Incluso, hay noticias sobre acciones de piratería estadounidense a recursos que deberían haber recibidos países del mundo desarrollado, como Alemania, por ejemplo. Además, en los primeros meses de la pandemia, el mundo se estremeció con la noticia de que Mr. Trump trató de comprar una vacuna en gestión de una importante empresa alemana con el propósito de obtener la exclusiva.

En contradicción con los ataques contra la solidaridad cubana que perpetra Estados Unidos y que sus acólitos de la mafia cubana de Miami aceptan y divulgan constantemente, tenemos que su realidad se les está cayendo en pedazos, con cada vez más desempleados sin recursos para sobrevivir y con el mayor número de enfermos de COVID-19 y de muertes en el mundo. Un artículo muy revelador de cuál es la actitud de Mr. Trump ante la pandemia fue publicado en una fecha tan temprana como 10 de marzo de 2020 publicado por Pablo Guimón, quien revela un conjunto de actitudes del presidente más peligroso que ha tenido Estados Unidos, que se pueden considerar de verdaderamente maltusianas ante esta letal pandemia. Cito como botón de muestra algunos párrafos específicos:

[…] Llegado abril, en teoría, cuando el clima sea un poco más caliente, se irá de forma milagrosa”, defendía el 12 de febrero, contradiciendo al propio director de los CDC, que días antes vaticinaba que el virus permanecería activo mucho más tiempo […]. Estamos bajando de forma bastante sustancial, no aumentando. Lo tenemos muy bajo control”, afirmaba Trump el 26 de febrero […].

Hay mucho más publicado sobre las contradicciones de Mr. Trump al respecto y la fecha en que escribo las ha echado por tierra, basten los ejemplos citados porque en resumen el articulista expresa en su momento que:

Lidiar con el escepticismo del presidente de EE. UU., convertido en una fuente de difusión de desinformación, es un desafío añadido para los funcionarios de la sanidad, obligados a un delicado equilibrio en sus comparecencias públicas e interacciones con la Administración, que no hace sino entorpecer la respuesta del Gobierno federal ante la crisis. Una respuesta que se enfrenta a otro problema, este de carácter estructural, relacionado con las debilidades que lastran la sanidad en Estados Unidos.

Hay 29 millones de personas sin seguro médico en el país. Muchos otros tienen pólizas que incluyen franquicias, que en 2019 ascendían de media a 1,655 dólares. Por eso muchas personas no se plantean acudir al médico, aunque tengan síntomas similares a los que provoca el coronavirus. “Los estudios indican que, en 2017, un 9 % de los adultos estadounidenses retrasó o no buscó asistencia médica debido a su coste. En adultos con relativamente peor salud, la cifra asciende al 19 %, y en personas sin seguro médico, al 29 %. No todo el mundo necesita acudir al médico, claro, pero esas cifras dicen mucho del problema al que nos enfrentamos”, explica Christen Linke Young, miembro de la iniciativa para la Salud Pública de la Universidad del Sur de California y el instituto Brookings, y exasesora de Sanidad de la Casa Blanca.

En este sentido, cuando estaba terminando de escribir estas líneas, una colega de muchos años, a quien aprecio muy especialmente, me envió los siguientes mensajes que transcribo: “Félix: te envío párrafos de un reporte publicado hoy por la VOA”. Sintetizo textual lo que me envía mi colega Elsa Claro:

[…] El mandatario (Trump) también se refirió a la otra polémica suscitada este fin de semana, cuando Trump retuiteó un mensaje de un legislador que pedía despedir al doctor Anthony Fauci, quien forma parte del equipo de la Casa Blanca que gestiona la pandemia y que ha ganado cierta notoriedad por contradecir algunas indicaciones de la Casa Blanca. El retuit de Trump se produjo después de que Fauci declarara en una entrevista en la cadena CNN que podrían haberse salvado más vidas si se hubieran implantado antes determinadas restricciones. “Obviamente, podría decir lógicamente que si tuviera un proceso en curso y comenzara la mitigación antes, podría haber salvado vidas”, dijo Fauci entonces. No obstante, el mandatario expresó hoy su respaldo al galeno, a quien tildó de “fantástico”. En la conferencia de este lunes Fauci explicó: “La primera y única vez en que fui y planteé que deberíamos imponer fuertes restricciones, la respuesta fue (sí)”. “Hubo interpretaciones a esa pregunta hipotética”, dijo el científico, quien quiso dejar claro que no fue una crítica a la gestión de la crisis por parte de la administración Trump. En mi criterio, Fauci se retracta en algún por ciento ahora, pero si vamos a lo que dijo en principio cuando, al parecer, discrepaba con Trump sobre qué y cómo hacerlo, según la propia VOA fue así: Trump en enero, febrero y la mitad de marzo minimizó la gravedad de la amenaza del coronavirus después del primer brote en China antes de declarar una emergencia nacional. En varias ocasiones, dijo que había pocos casos en EE. UU. y que la enfermedad se reduciría rápidamente a nada. Algunos asesores de Trump le advirtieron sobre la amenaza que avanza. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo que “obviamente” la respuesta del país podría haber sido mejor. “Hubiera sido mejor si tuviéramos una ventaja”, dijo. “A menudo se toma la recomendación (de científicos y expertos médicos), a veces no es así”. Dijo que el alto número de muertos en el país “podría haber sido un poco mejor” si Estados Unidos se hubiera movido más rápido hacia el distanciamiento social y los edictos de quedarse en casa. Desde mi punto de vista querido Félix, estos elementos te sirven para tu trabajo pues, además, tanto Fauci como otros expertos le están cuestionando a Trump lo inoportuno de reabrir la economía el 1 de mayo. Podría ampliar la franja de contagiados y muertes. Bueno, ojalá te sirva esto. Cariños.

Otro despacho de prensa en los momentos en que escribo este artículo plantea que: “El presidente Donald Trump anunció este martes que congelará los fondos destinados por Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud, en medio de la pandemia de COVID-19. De inmediato la noticia ha provocado el malestar de la comunidad de salud de ese país”. Y me pregunto yo: ¿hasta cuándo las personas decentes en Estados Unidos van a soportar un presidente tan peligroso? Allá ellos, que de seguro el mundo sobrevivirá.

Para finalizar, quiero añadir que mientras que el mundo lucha por sobrevivir, Mr. Trump y su fiel Sr. Bolsonaro en Brasil se esfuerzan, en mi criterio, por revivir a Thomas Robert Malthus y al maltusianismo, quien predijo una gran catástrofe en el mundo que habría que resolver con lo que años después se enunció como la teoría de los “dos tercios” que plantea que para que sobrevivan dos tercios de la población mundial hay que eliminar un tercio en donde se encuentran los pobres, los emigrantes y los más desvalidos, en una acción en favor de los más poderosos de la tierra. Pienso que, aunque con muchas bajas en los pueblos del mundo, en definitiva, no podrán lograrlo. Pero me pregunto cuando todo termine, ¿habrá también un juicio universal al estilo de Núremberg? Así lo pienso y así lo afirmo y escribo, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

Continuará.

Finalmente, les reitero mi correo electrónico con el propósito de que puedan trasmitirme, criterios, opiniones y preguntas: fsmederos@gmail.com

NOTAS

1 Cifra del momento en que se publicó el post 9 de abril 2020.