Marco y Laura fueron los dos últimos huracanes que causaron estragos en el conteniente americano; Laura tocó tierra en Texas, en Estados Unidos, siendo categoría 4, y en seguida comenzó su degradación a tormenta tropical.
Cada año, los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales hacen un listado de potenciales tormentas tropicales que podrían convertirse en huracanes, todos estos fenómenos meteorológicos ya tienen un nombre designado.
Pero te has preguntado ¿quién y cómo se eligen estos nombres?
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los ciclones tropicales tienen un nombre de pila con el propósito de evitar confusiones, ya son más fáciles de recordar que los nombres técnicos; además que facilita el flujo de información, tanto en tierra como en el mar.
Fue a principios de 1900 cuando se comenzó con la práctica de dar nombres de pila a los huracanes; y desde 1953 se utilizaron sólo nombres femeninos hasta 1979, cuando se comenzaron a usar también nombres masculinos.
Cada año, los ciclones tropicales reciben un nombre conforme al orden alfabético, alternando los nombres de mujeres y hombres; esta lista de nombres es propuesta por los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN), adjuntos a la OMM.
Antes de que se utilizará este sistema, se bautizaba a los huracanes conforme a los sitios donde golpeaban o de acuerdo con el santoral.
Así, cada año se prepara una lista en orden alfabético que se repite cada 6 años comenzando de nuevo por la letra A: Alejandro, Betty, Carlos, Daniela, Esteban, etc; la lista de 2019 se volverá a utilizar en 2025, por ejemplo.
Desde el años 2000 se reformuló esta lista, y los servicios meteorológicos acordaron excluir los nombres de los ciclones catastróficos o que hayan causado muerte y devastación.
Algunos nombres que han sido retirados son Mangkhut (Filipinas, 2018), Irma y María (Caribe, 2017), Haiyan (Filipinas, 2013), Sandy (EU, 2012), Katrina (EU, 2005), Mitch (Honduras, 1998) y Tracy. (Darwin, 1974) son ejemplos de esto.
JH