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¿Un nuevo universo? Descubren explosión de agujeros negros, la más grande desde el Big Bang

La onda fue captada por el observatorio de ondas Gravitacionales por Interferometría Láser y fue registrado en mayo del año pasado, pero hasta hoy se reveló la información.
Onda GW190521, captada por el observatorio de ondas gravitacionales (AP) / AP

Los científicos que operan los Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser, LIGO por sus siglas en inglés, anunciaron haber detectado la mayor fuente de ondas gravitacionales registrada hasta ahora y admitieron que su hallazgo genera en realidad más preguntas que respuestas.

La señal se detectó el 21 de mayo de 2019 por LIGO, que está compuesto de dos observatorios localizados en Estados Unidos, y por el de Virgo, otro observatorio ubicado en Italia, y se le identificó como la onda GW190521.

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GW190521 se asemeja a unos cuatro movimientos cortos, y es de duración extremadamente breve, menos de una décima de segundo, explicaron los científicos.

Según los investigadores, GW190521 fue generada por una fuente que se encuentra aproximadamente a 5 gigaparsecs de distancia, cuando el universo tenía aproximadamente la mitad de su edad actual, lo que lo convierte en una de las más distantes detectadas hasta ahora.

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El gigaparsec es una medida astronómica que equivale aproximadamente a 3 mil 260 millones de años luz.

Una onda gravitacional es una onda invisible que se desplaza a la velocidad de la luz. Albert Einstein postuló su existencia ya en 1915, como parte de la teoría de la relatividad general, pero el fenómeno solo se detectó experimentalmente en 2015 precisamente a través de LIGO.

Son difíciles de detectar y tanto LIGO como Virgo (observatorio localizado cerca de Pisa, en Italia, en el que participan el país anfitrión más Francia, España, Holanda, Polonia y Hungría) fueron creados especialmente para ello; el hallazgo comunicado este miércoles puede haber sido el más importante hasta la fecha.

La fusión de dos agujeros negros es un fenómeno que no genera luz, por lo que solo puede apreciarse mediante estas olas cósmicas que sirven para avanzar en el conocimiento del universo.

Casi todas las señales de ondas gravitacionales confirmadas hasta la fecha provienen de una fusión binaria, ya sea entre dos agujeros negros o dos estrellas de neutrones, por lo que esa es la primera hipótesis que barajan los científicos, que creen estar ante la fusión más grande entre dos agujeros negros con masas de 85 y 66 veces la masa del sol.

La nueva señal probablemente viene del instante en que los dos agujeros negros se fusionaron. La fusión creó un agujero negro aún más grande, de unas 142 masas solares, y liberó una enorme cantidad de energía, equivalente a alrededor de 8 masas solares, esparcida por el universo en forma de ondas gravitacionales.

Todos los agujeros negros observados hasta la fecha encajan en una de dos categorías: por una parte se han detectado agujeros negros que miden desde unas pocas masas solares hasta decenas de masas solares y se cree que se forman cuando mueren las estrellas.

Por otro lado, se han encontrado agujeros negros súper masivos, como el del centro de la Vía Láctea, que miden desde cientos de miles hasta miles de millones de veces el de nuestro sol.

Sin embargo, el último agujero negro de 142 masas solares producido por la fusión GW190521 se encuentra dentro de un rango de masa intermedio entre los agujeros negros de masa estelar y supermasivos, el primero de su tipo jamás detectado.

Los dos agujeros negros que produjeron el agujero negro final también parecen ser únicos en su tamaño. Son tan grandes que los científicos sospechan que uno o ambos pueden no haberse formado a partir de una estrella que colapsa, como ocurre con la mayoría de los agujeros negros de masa estelar.

Con información de EFE

JH