Considerada como una de las actrices más importantes de México, Ana Beatriz Martínez Solórzano mejor conocida como Ana Martin, ha participado en varias películas, telenovelas y programas unitarios por más de 50 años.
Entre las telenovelas más conocidas, en la que se ha destacado, han sido sus protagónicos en Muchacha de barrio (1979), Gabriel y Gabriela (1982), La pasión de Isabela (1984) y El pecado de Oyuki (1988).
Posteriormente se dedicó a papeles de reparto y como primera actriz a partir del melodrama La culpa, de 1996, continuando en telenovelas como Gente bien (1997), Ángela (1998), Navidad sin fin (2001), Amor real (2003), Rubí (2004), La madrastra (2005), Soy tu dueña , La que no podía amar y Amores verdaderos.
El inicio de una leyenda
La ahora primera actriz ganó gran relevancia tras su participación en el melodrama El pecado de Oyuki.
La telenovela, producida por Lucy Orozco para Televisa en 1988, está basada en la historieta del mismo nombre escrita por Yolanda Vargas Dulché y publicada en 1949 dentro de la revista Pepín? y después en 1975 dentro de la revista Lágrimas, risas y amor.
Fue protagonizada por Ana Martín y Boy Olmi, con las participaciones antagónicas de Salvador Sánchez y Martha Roth, y la presentación de Cecilia Gabriela.
Se transmitió originalmente del 15 de febrero al 5 de agosto de 1988 en el horario estelar de las 21:00 hrs. por El Canal de las Estrellas.
Martin encarnó a una joven inocente que termina siendo explotada por su hermano tras la muerte de sus padres. Su único ‘pecado’ (de ahí el nombre) fue casarse con un hombre de otra raza: Irving Pointer (interpretado por el argentino Boy Olmi), un pintor hijo del embajador del Reino Unido en Japón.
La secuelas que sufrió Ana Martí
Durante la realización, el equipo de caracterización tenía que rasgar artificialmente los ojos de la protagonista y, al mismo tiempo, lograr que luciera natural en pantalla.
El rasgamiento de sus párpados afectó seriamente la vista de Ana Martin, quien al término de las grabaciones tuvo que ser operada para que no perdiera la vista.
Quizá por esa experiencia fue que Ana decidió retirarse de la pantalla chica no por uno ni dos, sino por ocho años. La siguiente vez que apareció en una telenovela fue en La culpa, en 1996.
Pese a todo, Ana Martín dio cátedra de su profesionalismo y su magistral actuación, denotando que desde siempre ha sido una mujer talentosa y poseedora de una gran belleza física.
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jram