En el futbol hay decenas de historias curiosas de jugadores que han triunfado pese a las adversidades y que han logrado situarse en las máximas categorías del deporte más popular del planeta.
Tal es el caso del jugador N’Golo Kante, un jugador de 30 años originario del país africano Malí, quien nación en las marginadas prefieras de París, capital de Francia. A los siete años, N´Golo se dedicaba a recoger basura para obtener unos francos extra y ayudar así a su familia.
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Cuatro años después, quedó huérfano de padre, sin embargo, esto no logró quebrar el espíritu del niño, quien poco a poco destacó en deportes como el rugby, sin embargo, se decidió por el futbol.
Pese a esto, la historia de Kante no mejoró de un día a otro, ni fue descubierto por casualidad, sino que empezó desde abajo, es decir, desde la sexta división francesa, en la que pasó un año.
Posteriormente, llegó a tercera división, cuando en 2013 llamó la atención del Club Caen, equipo desde el cual saltó al estrellato, pues tan sólo dos años después llegó al Leicester City como traspaso y de allí, al Chelsea, actual Campeón de Europa.
Esta no es la primera vez que N´Golo gana un campeonato de tal envergadura, pues en 2018 fue pieza clave de la selección francesa que conquistó Rusia 2018 frente a una aguerrida Croacia.
Sin embargo, los millones de euros que gana el francés y su posición como uno de los centrocampistas más codiciados no lo han hecho perder la cabeza, pues al contrario que la gran mayoría de sus compañeros, no conduce un poderoso Ferrari ni un costoso Lamborghini, sino un modesto Mini Cooper chocado.
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JMCG