En la sociedad siempre ha sido muy difícil poder manifestar nuestra orientación sexual sin que fuese considerado un tabú y en la década del setenta hablar de la homosexualidad en la pantalla grande era prácticamente imposible.
Existieron figuras del gremio cinematográfico, quienes demuestran su talento a través de sus interpretaciones, fueron personas que formaron parte de la comunidad LGBT+ en un contexto complicado y una sociedad mexicana con más prejuicios que ahora.
Así fue como en la película “El Lugar sin Límites”, que se estrenó en el año 1977 dirigido por el director de cine Arturo Ripstein. Filme que se trataba de un hombre homosexual llamada “La Manuela”, un travesti que vive con su hija “La Japonesita”.
Roberto Cobo interpreta de forma magistral su personaje de La Manuela mientras Gonzalo Vega da vida a Pancho, quien tiene todas las señas y vicios del macho mexicano estereotipado en el cine, atractivo, violento y seductor, que perpetúa las decadencias de una sociedad machista.
Noticia destacada
Poncho de Nigris destapa su amor por Luis Miguel: ‘Si lo veo, le doy unos besotes en la boca’
La escena del beso es una de las secuencias mejor logradas en el cine mexicano, y no solo por la belleza visual, sino por la confrontación que representa para una sociedad que en 1978 estaba mucho más rezagada que ahora en cuanto a derechos LGBT.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
AR