La detención de Rafael Caro Quintero de este viernes 15 de julio, ha traído a la memoria diversos sucesos en torno a uno de los capos más famosos de México, entre ellos la relación que sostenía con Sara Cosío Vidaurri, hija del exsecretario de Educación de Jalisco, Octavio César Cosío.
Cabe recordar que el 4 de abril de 1985, el llamado“Narco de Narcos” fue detenido por primera vez en su quinta, La California, en Alajuela, Costa Rica, quien estaba en compañía de Cosío Vidaurri.
En un principio, las autoridades costarricenses pensaron que ella estaba secuestrada. Pero al ser cuestionada, respondió: “Yo no estoy secuestrada… Estoy enamorada de Caro Quintero”.
Sara compartía su gusto por los centros nocturnos y restaurantes caros en Guadalajara, así como su carácter arrebatado y su amor por el lujo.
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Caro Quintero quedó prendado de ella, pero se dice que Sara le hizo más de un desplante, antes de aceptar salir con él; asimismo, era sabido que su amor nunca contó con el aval de la familia de ella.
Sin importar los regalos que el fundador del Cártel de Guadalajara -se dice que entre ellos hubo un auto, que fue rechazado-, desaprobaban que su hija saliera con un narcotraficante.
Caro Quintero no se ocultaba, acudía a restaurantes adonde iba la clase política. Pero eso cambió en 1985, cuando ordenó secuestrar y asesinar a Enrique Camarena, agente de la DEA, quien descubrió toneladas de marihuana en el rancho del narcotraficante.
La DEA juró que no olvidaría y Caro Quintero tuvo que salir huyendo. Sara decidió seguirlo. Se asentaron en la Quinta, La California, en Costa Rica, donde el capo compró propiedades y decidió hacer su vida.
Las autoridades mexicanas decidieron intervenir los teléfonos de la familia de Sara, seguros de que en algún momento ella trataría de contactarlos. Y así fue.
Sara llamó a sus padres para decirles que estaba bien, a salvo. Fue el fin de la “luna de miel” con Caro Quintero. Gracias a aquella llamada, las autoridades ubicaron a la joven.
Unas horas después, oficiales costarricenses irrumpían en la finca y capturaban al enemigo número uno de la DEA, quien de manera inmediata fue extraditado a México, donde recibió la pena máxima de 40 años de prisión por los delitos de privación ilegal de la libertad, homicidio calificado, tráfico de marihuana y de cocaína, entre otros delitos.
Cumplidos 28 años de cárcel, fue liberado en un polémico fallo en 2013, desde entonces, era el hombre más buscado por la DEA, que ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares por información que conduzca a su captura, pero hoy fue detenido.
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JAL