Internacional

Trump se irrita y vuelve a la carga

 

FARGO, Dakota del Norte, EE.UU., 7 de septiembre (AP/EFE).- El presidente Donald Trump declaró el viernes que el Departamento de Justicia debería tratar de identificar al autor de un artículo de opinión mordazmente crítico publicado en el diario The New York Times, supuestamente entregado por un miembro de un movimiento de “resistencia” dentro del gobierno estadounidense que lucha dentro del gobierno para impedir los impulsos más peligrosos del mandatario.

Trump sostuvo que el caso es tan importante que se ve amenazada la “seguridad nacional” en declaraciones a periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One. Dijo que le pidió al secretario de Justicia, Jeff Sessions, que abra una investigación para desenmascarar al autor.

Agregó que estaba explorando el potencial de entablar una acción legal contra el periódico por la publicación del ensayo hace dos días. “Jeff debería estar investigando quién fue el autor de esa pieza porque realmente creo que es seguridad nacional”, dijo Trump. Si esa persona tiene una autorización de seguridad de alto nivel, “no la quiero en esas reuniones”, agregó.

Es casi impensable que el Departamento de Justicia pueda abrir una investigación sobre el artículo de opinión. Aunque fue muy crítico con Trump, no parece que el autor haya revelado o filtrado información clasificada al periódico, lo que sería un obstáculo crucial que habría que resolver antes de que se pudiera siquiera contemplar una investigación de filtraciones informativas.

El llamado de Trump es la prueba más reciente sobre la independencia del Departamento de Justicia, que se supone que debe tomar decisiones de investigación y acusación sin interferencia política de la Casa Blanca.

Un día antes, los colaboradores más cercanos de Trump salieron a repudiar en público el artículo de opinión, en una muestra de lealtad a su jefe indignado. Cada uno de ellos negó haber escrito el artículo de opinión.

Ya fuera por email, tuit o video, las negativas de los funcionarios del gabinete, incluido el vicepresidente Mike Pence, desfilaron aparentemente presentadas para un público de uno, sentado en la Oficina Oval. Altos funcionarios con puestos clave en seguridad nacional y política económica, criticaron al autor del artículo por cobardía, deslealtad y actuar contra los intereses de Estados Unidos, usando palabras similares a las del presidente.

Tan impactante como el ensayo fue la larga lista de funcionarios que pudieron haberlo escrito. Muchos han compartido algunas de las preocupaciones expresadas en el artículo sobre Trump con colegas, amigos y reporteros de forma privada.

Con un círculo tan amplio de posibles culpables, los hombres y mujeres de Trump sintieron que su única opción era hablar. Las negativas y condenas llegaron de todas partes: el secretario de Estado Mike Pompeo y el secretario de Defensa Jim Mattis negaron la autoría durante una visita a la India, el secretario de Interior Ryan Zeinke desde Samoa Americana. En Washington, los “yo no fui” salieron de la oficina del vicepresidente Pence, del secretario de Energía Rick Perry, del embajador de Rusia Jon Hunstman, el director de Inteligencia Nacional Dan Coats, y otros miembros del gabinete.

Por su parte, James Dao, el editor del New York Times que se encargó de publicar una carta anónima ayer que afirmaba que un grupo de altos cargos de la Casa Blanca trabaja conjuntamente para limitar los daños de la presidencia de Trump afirmó que el lenguaje utilizado en la misma podría revelar su identidad.

Dao, en una entrevista para el podcast que produce diariamente su propio periódico, confirmó que no cambió las palabras del artículo, y admitió que es posible que algunas características lingüísticas podrían “revelarlo todo”.

El periodista afirmó conocer la identidad del autor de la carta y estar completamente seguro de su veracidad, aunque se negó a dar cualquier tipo de detalle sobre cómo contactaba con él ni cuándo se iniciaron las conversaciones que llevaron a la publicación del texto.

Las respuestas de Dao se producen después de que surgieran numerosas especulaciones de que era el propio vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, el que había escrito la carta crítica del Gobierno de Trump por el uso de la palabra “lodestar” al final de la misma.

Este vocablo, que podría traducirse como “estrella polar” o “inspiración”, no es de uso habitual, pero hoy se han podido ver en las cadenas estadounidenses imágenes de varios discursos en los que Pence la utiliza.

El vicepresidente, sin embargo, se apresuró a negar su autoría, y su director de comunicación, Jarrod Agen, afirmó en un tuit que Pence “pone su nombre en sus artículos de opinión”.

Asimismo, Trump atacó hoy de nuevo como una “estafa” el libro del periodista Bob Woodward, muy crítico con el mandatario y que dibuja una Casa Blanca de “manicomio”, y que ha irritado al mandatario.

“El libro de Woodward es una estafa. No hablo de la manera en la que me citan. Si lo hiciese no habría sido elegido Presidente. Esas citas son inventadas”, subrayó Trump en su cuenta de Twitter.

El mandatario lamentó, asimismo, que “el autor use todos los trucos en el libro para degradar y denigrar”.

“Me gustaría que la gente pudiese ver los hechos reales”, agregó.