COPENHAGUE, Suecia, 10 de octubre (EFE).- Los Angeles, Nueva Orleans y otras ciudades estadounidenses demostraron este jueves al resto del mundo desde la cumbre de alcaldes del grupo de acción climática C40 que el Acuerdo de París sigue vivo en Estados Unidos, a pesar de la oposición de la Administración de Donald Trump.
El presidente estadounidense abandonó ese pacto global en junio de 2017. Dos años antes, cuando todavía estaba al frente Barack Obama, ese país y otros 194 se comprometieron en la capital francesa a que el aumento de la temperatura no aumente a final de siglo más de dos grados para limitar el impacto de la crisis climática.
En Copenhague, donde más de 70 alcaldes de las 94 ciudades que forman parte del C40 se reúnen desde el pasado miércoles y hasta el sábado para compartir soluciones innovadoras e impulsar nuevos compromisos, los representantes de Estados Unidos dejaron claro que su política medioambiental no sigue los pasos de Washington.
“No hay que esperar a que el Gobierno avance, porque el trabajo de todas maneras acaba teniendo que hacerse a nivel local”, apuntó el alcalde de Boston, Marty Walsh.
A Copenhague acudió una pequeña representación de integrantes de la Climate Mayors, una coalición de más de 400 alcaldes tanto demócratas como republicanos comprometidos en favor del medio ambiente.
Entre ellos, los regidores de Philadelphia, Austin, Portland o San Antonio, que hicieron frente común en su apuesta por la reducción de las emisiones contaminantes y el uso de energías limpias.
Al frente de todos, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, que este jueves asumió además oficialmente la presidencia del C40, en manos en los últimos tres años de la parisina Anne Hidalgo.
“Gracias por el compromiso. Tiene sentido que un alcalde estadounidense sea el presidente, después del fracaso histórico de que el gobierno federal de Estados Unidos abandonara el acuerdo de París”, dijo Hidalgo durante el traspaso de poderes.