CHICAGO, EE.UU., 28 de octubre (EFE).- Miles de personas recibieron en Chicago este lunes con protestas a Donald Trump, en una visita en la que el presidente de Estados Unidos optó por agudizar aún más su mala relación con una ciudad que le declaró persona “non grata” con nuevas declaraciones contra sus dirigentes y políticas migratorias.
Las autoridades lograron evitar el clima violento vivido en Chicago en marzo de 2016, cuando fue necesario cancelar por razones de seguridad una aparición del entonces candidato Trump en un recinto deportivo que fue rodeado de miles de manifestantes enojados por su presencia.
Después de ese incidente, el magnate evitó Chicago las dos veces que regresó al estado de Illinois para eventos de recaudación de fondos del Comité Nacional Republicano.
Para evitar que se repitieran sucesos similares, la Policía utilizó este lunes camiones para bloquear calles y hacer un cerco alrededor del Centro de Convenciones McCormick Place, donde Trump fue el orador principal de la Conferencia Internacional de Jefes de Policía.
A los manifestantes, que portaban carteles donde se leía “Trump, tus días están contados” o “Trump y Pence #OutNow”, les mantuvieron alejados del presidente y de la Torre Trump, de 98 pisos y ubicada junto al río Chicago.
Allí se realizó la segunda actividad de la visita y que consistió en un almuerzo de recaudación de fondos para 250 personas y una mesa redonda con simpatizantes, que pagaron en total 4 millones de dólares en total, según informó la campaña electoral de Trump.
Trump fue declarado “persona non grata” en 2017 por el Concejo Municipal de Chicago, por su mala relación con la tercera ciudad más populosa de Estados Unidos, con 2,7 millones de habitantes.