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Alfredo García

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El gobierno de Estados Unidos reveló el fundamento del “Acuerdo del siglo”, proyecto del presidente Donald Trump para lograr la paz entre israelíes y palestino.

“El establecimiento de las colonias israelíes en Cisjordania, no es incompatible de por sí con la ley internacional”, declaró el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, identificándose sin disimulo, con el colonialismo.

El colonialismo es una anacrónica doctrina que legitima la dominación política y económica de un territorio o de una nación por el gobierno de un Estado extranjero, donde se combina la explotación, el dogmatismo y el racismo.

La afirmación del exdirector de la CIA, convertido en jefe de la diplomacia norteamericana, dio un giro a la política oficial de la Casa Blanca adoptada por el entonces presidente Jimmy Carter, en 1978, quien consideró el establecimiento de asentamientos civiles “incompatible con el derecho internacional”.

Durante décadas la Casa Blanca describió los asentamientos como “ilegítimos”, aunque protegió a Israel de resoluciones condenatorias sobre el tema en la ONU. Sin embargo a fines del 2016, el entonces presidente, Barack Obama, puso fin a la práctica del veto, absteniéndose en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que instaba poner fin a los asentamientos israelíes en territorios palestinos.

La Cuarta Convención de Ginebra que supervisa la ocupación militar, prohíbe “la transferencia de población del país ocupante a territorio conquistado por la fuerza de las armas”.

La funesta declaración de Pompeo sigue al traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén y el reconocimiento de la soberanía israelí del territorio sirio de la meseta del Golán. En medio de una grave crisis de gobierno que decide su destino político, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recibió con júbilo la declaración de Pompeo. “Estamos en un día histórico. La nueva política de la Casa Blanca, marca un gran logro para el Estado de Israel”, expresó Netanyahu, tras su agradecimiento al presidente Donald Trump por “corregir la injusticia histórica”.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), respondió con un llamamiento a la “resistencia popular”. “Los palestinos deben movilizarse para desactivar esta conspiración contra su causa nacional”, señaló un comunicado del Ejecutivo de la ANP.

El presidente palestino, Mahnud Abbas, convocó una reunión de emergencia, en la que llamó a “incrementar la resistencia popular ante las maniobras de la Administración norteamericana (…) para enterrar la solución de los dos Estados y arruinar todas las oportunidades para un proceso de paz”. La histórica líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hanan Ashrawi, fue más tajante: “Los intentos de Estados Unidos para reescribir el derecho internacional y violentar las reglas del orden entre las naciones son inválidos”.

El partido judío socialdemócrata Meretz criticó la declaración de Pompeo que “pone palos en las ruedas para una solución negociada con los palestinos, basada en la solución de dos Estados. EE.UU. debería promover el proceso de paz y no frenarlo con decisiones que perjudican a largo plazo a israelíes y palestinos”.

La colonización israelí en los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén Oriental, es uno de los puntos de mayor disputa entre Israel y la ANP. Los palestinos aseguran que la presencia de colonos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Occidental, “quiebra el territorio haciendo imposible la opción de un Estado palestino”.

Según la ONG israelí “Paz Ahora”, 518,800 judíos viven en unos 350 asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, mientras la cifra de palestinos alcanza más de dos millones 500 mil personas. La Corte Penal Internacional (CPI), que ejerce jurisdicción sobre Palestina, afirmó: “Los asentamientos constituyen también un crimen contra la humanidad”.