El presunto delito sirvió para obtener una autorización judicial para allanar la casa del sospechoso. Su defensa pide ahora anular todas las pruebas de narcotráfico encontradas durante el registro.
Un hombre ha sido imputado por robo en EE.UU. después de que supuestamente retirara un rastreador GPS que la Policía había colocado en su auto, informa The Washington Post.
La Policía del condado de Warrick (Indiana) sospechaba de Derek Heuring, de Boonville, por traficar con metanfetamina. Con el permiso del juez, un rastreador fue escondido en su coche en julio de 2018 para registrar los movimientos de su vehículo.
Después de unos días, el aparato dejó de enviar señales, y la investigación determinó que el localizador ya no estaba fijado en el auto de Heuring.
Los agentes recibieron entonces una autorización judicial para allanar el domicilio del sospechoso y una casa cercana perteneciente a sus padres. El permiso fue concedido bajo el supuesto de que el hombre había cometido un delito: quitar el rastreador suponía un robo de una propiedad del Gobierno.
Los agentes encontraron en un garaje el localizador desaparecido, así como metanfetamina, parafernalia de drogas y una arma, por lo que Heuring fue imputado por narcotráfico y el robo del dispositivo de vigilancia.
Durante el juicio verbal en el Corte Superior de Indiana, que tuvo lugar el 7 de noviembre de este año, la defensa insistió en que el allanamiento fue ilegal y por esa razón se debían anular todas las pruebas encontradas durante la inspección.
El abogado del acusado, Michael Keating, alegó que no había ninguna evidencia del robo del aparato, ya que estaba fijado con imanes y pudo haberse caído del vehículo. Además, señaló que el rastreador no tenía ninguna marca que indicara que fuera propiedad del Gobierno, por lo que su representado no podía saber su procedencia.
El propio juez Mark Massa puso en duda que pudiera ser considerado como robo el retirar de tu propio vehículo un dispositivo instalado sin tu consentimiento. "No pretendo hacer la vida más fácil para los narcotraficantes, pero si algo está colocado en tu auto, aunque sepas que es de la Policía para rastrearte, ¿estás obligado a dejarlo ahí y dejarles que te localicen?", comentó durante la vista.
El proceso plantea varias interrogantes sobre la vigilancia privada y gubernamental, que posiblemente tengan implicaciones más allá del caso de Heuring y su situación legal.
En 2012, el Tribunal Supremo de EE.UU. dictaminó que la Policía tiene que recibir la autorización judicial para colocar localizadores. La decisión de la corte de Indiana, que se espera para los próximos meses, creará jurisprudencia sobre las prácticas de vigilancia policial y privada en el estado, como si el aparato tiene que ser tener marcas para identificarlo o si se considera ilegal desinstalarlo de tu propio vehículo. (RT)