Por Marina Menéndez
Especial para Por Esto!
LA HABANA, Cuba.- Trascendentes decisiones adoptará el viernes y el sábado el Parlamento de Cuba, en sus habituales sesiones de fin de año que serán, esta vez, algo diferentes.
La elección del primer ministro, figura “rescatada” por la nueva Constitución que se aprobó en referendo popular en febrero, marcará la tónica de una cita, en cierto modo, fundacional, pues estará aprobando también legislaciones que darán cuerpo y vida a otros importantes acápites de la Carta Magna que marcan cambios en el sistema institucional de la Isla.
Destacan entre ellas, dos leyes: la que estipulará el funcionamiento de la propia Asamblea Nacional y del Consejo de Estado en lo adelante, y la que regulará jurídicamente el funcionamiento de los gobiernos municipales, instancias que tendrán desde ahora más autonomía.
El Consejo de Estado
En cuanto al funcionamiento del Parlamento y del Consejo de Estado, el texto legislativo propuesto establece a la Asamblea Nacional como el órgano supremo del poder del Estado que “representa a todo el pueblo”, y define al Consejo de Estado ahora como “el órgano de la Asamblea Nacional del Poder Popular que la representa entre uno y otro período de sesiones, ejecuta los acuerdos de esta y cumple las demás funciones que la Constitución de la República y las leyes le atribuyen”. También rinde cuentas ante la Asamblea.
El primer paso para la materialización de los cambios institucionales plasmados en la Constitución tuvo lugar en octubre pasado, cuando el Parlamento eligió a Miguel Díaz-Canel como Presidente de la República, con lo cual también entró en vigor la separación entre esta responsabilidad y la de titular del Consejo de Estado, función que asume ahora la máxima figura de la Asamblea, y para la que fue reelecto Esteban Lazo.
Entonces también se eligió al vicepresidente de la República, plaza para la que fue escogido Salvador Valdés Mesa, y se eligió a Ana María Mari Machado como vicepresidenta de la Asamblea Nacional, y a Homero Acosta como su secretario, y del Consejo de Estado.
El primer ministro
Ahora la expectativa está en la elección y designación por el Parlamento del primer ministro, una figura que completa las transformaciones en esa la esfera institucional, y quien tendrá entre las funciones que le adjudica la Constitución, la de representar al Gobierno, atender y controlar el desempeño de las actividades de los organismos de la Administración Central del Estado, de las entidades nacionales y de las administraciones locales; solicitar al Presidente de la República que interese a los órganos pertinentes la sustitución de los integrantes del Consejo de Ministros y proponer sus sustitutos, así como controlar la labor de los jefes de los organismos de la Administración Central e impartir instrucciones a los gobernadores provinciales, y controlar su ejecución.
Excepcionalmente, el primer ministro también podrá adoptar decisiones sobre los asuntos ejecutivo-administrativos que son competencia del Consejo de Ministros, si el carácter apremiante de la situación o el tema a solucionar lo exigen.
Además, el primer ministro designa o sustituye a los directivos y funcionarios, firma las disposiciones legales adoptadas por el Consejo de Ministros o por su Comité Ejecutivo, y crea comisiones o grupos de trabajo temporales para la realización de tareas específicas.
El cargo es votado y proclamado por la Asamblea luego de que el Presidente de la República realiza la propuesta.
Lejos de quitar poder, como podría pensarse, el reajuste institucional y su nueva nomenclatura descentralizan las responsabilidades, y buscan que el ejercicio gubernamental sea más eficiente.
La vida del país
Amplios debates sostienen desde el martes las diez comisiones de la Asamblea Nacional que analizan, virtualmente, la vida del país, antes de la sesión plenaria del fin de semana.
Los análisis tienen lugar con la presencia del presidente Díaz-Canel, y repasan la marcha de la producción, el desarrollo del plan de la vivienda, de las exportaciones, y el devenir en otras esferas, en un momento tenso para la economía nacional por las agresiones incrementadas de la administración de Donald Trump que, sin embargo, no consiguen rendir al país.
Ello fue reconocido por Díaz-Canel el martes ante la Comisión de Asuntos Económicos, cuando felicitó al pueblo cubano por su confianza, optimismo, seguridad, decisión y compromiso en medio de estas circunstancias.
El Presidente destacó que lo más importante y la clave de la victoria ha estado en la unidad, demostrada en el enfrentamiento a las graves limitaciones sufridas en los últimos meses por el desabastecimiento de combustible, y que ha sido otra expresión del incremento de las medidas punitivas dictadas por la administración estadounidense.
Díaz-Canel también exhortó a convertir la discusión acerca del Plan para 2020 “en un debate social, en un debate popular, y después en un hecho sistemático para defender una economía que sea participativa y solidaria, que es como hemos actuado en estos tiempos tan complejos”.