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PARIS, Francia, 6 de diciembre (EFE).- Ante las protestas masivas en la calle y una huelga en el transporte que amenaza con durar, el Gobierno francés prometió una aplicación progresiva de su proyecto de reforma de las pensiones con la esperanza de fracturar la oposición, que se manifestará de nuevo el martes.

El primer ministro, Édouard Philippe, se esforzó en presentarse abierto al diálogo en esta segunda jornada de paros casi totales en la compañía de ferrocarriles (SNCF) y en la entidad del transporte metropolitano de la región de París (RATP).

Dejó claros dos mensajes. El primero, que no va a renunciar a una reforma que unificará los 42 regímenes de pensiones actuales en un “sistema universal” por puntos y con el que los ciudadanos tendrán que trabajar “un poco más”, como ya ocurre en otros países.

El segundo, que esos cambios no hay que hacerlos “brutalmente, con urgencia”, sino que su voluntad es que se apliquen “razonablemente, de forma progresiva”.

Hizo una mención particular para los beneficiarios de los regímenes especiales de la SNCF y la RATP que pueden jubilarse a partir de los 52 años, en lugar de los 62 años, que es la edad de jubilación voluntaria en el régimen general.