Un pequeño grano de polvo podría cambiar todo lo que sabemos sobre el origen del Universo, sobre todo tomando en cuenta que se trataría del fragmento de una estrella que explotó hace unos 4,500 millones de años o tal vez más, lo que causaría que viajara por el espacio interestelar y cruzará la región que se convertiría en el Sistema Solar, solo para caer en el planeta Tierra en el corazón de un meteorito primitivo.
Llamado LAP-149, el fragmento fue encontrado al interior de un meteorito de material condrítico (rocoso, no metálico), que un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona localizó en el continente antártico, según menciona el reporte publicado en el sitio especializado Phys.
Estos granos pre-solares nos dan información sobre los bloques de construcción de nuestro sistema solar… ofrecen una instantánea de las condiciones de la estrella original”. PIERRE HAENECOUR, AUTOR DEL ESTUDIO SOBRE EL FRAGMENTO QUE FUE PUBLICADO EN NATURE ASTRONOMY.
Pierre Haenecour, autor del estudio sobre el fragmento que fue publicado en Nature Astronomy. Revelaría detalles de la creación del Sistema Solar Compuesto de grafito y silicatos, el fragmento habría sobrevivido a una explosión termonuclear conocida como Nova, que formó parte de los fenómenos estelares que contribuyeron al enriquecimiento químico del cosmos y sentaron las bases del actual Sistema Solar.
Uno de los secretos del LAP-149, que fue analizado a nivel atómico por microscopía electrónica, es que está altamente enriquecido por el isótopo de carbono 13C, en una proporción mayor que la de los cuerpos celestes que existen de nuestro sistema solar.
Además, este será el primer fragmento conocido hecho de grafito que contiene una inclusión de silicato rico en oxígeno, ofreciéndonos una perspectiva de cómo los granos de polvo de silicato y de carbono se transportan entre el material expulsado de la Nova.
“Tal vez debamos nuestra existencia a la explosión cercana de una supernova… si pudiéramos fechar estos objetos tendríamos una mejor idea de lo que desencadenó la formación del Sistema Solar”. TOM ZEGA, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE ARIZONA.
La mala noticia es que el LAP-149 no es lo suficientemente grande para permitir a los investigadores identificar su edad, por lo que están esperando conseguir un nuevo fragmento que sea similar al polvo que encontraron para realizar más análisis. Esto podría ser posible gracias a la misión Osiris-Rex de la NASA, con la que buscan alcanzar al asteroide Bennu para recoger una muestra. (SDP-Noticias)