BRASILIA, Brasil, 7 de abril (Prensa Latina/RT/Europa Press/AFP/EFE) Convencido de que prefiere morir inocente y digno que de rodillas ante la injusticia, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cumple hoy un año en prisión por supuestos actos de corrupción.
“Al despedirme de mi querido nieto Arthur (falleció el 1 de marzo por una fulminante infección bacteriana generalizada) sentí todo el peso de la injusticia que golpeó a mi familia”, escribió el exdirigente obrero en una carta dirigida recientemente al Comité Nacional Lula Libre, involucrado en una nueva etapa de la campaña por su libertad.
Denunció en la misiva que “el pequeño Arthur (de siete años) fue discriminado en la escuela por ser mi nieto y sufrió mucho con eso. Entonces le prometí que no voy a descansar hasta que mi inocencia sea reconocida en un juicio justo”.
Insistió en que lucha para que su “inocencia sea reconocida ante las pruebas irrefutables de la defensa. Solo tiene sentido si se entiende como parte de la defensa de la democracia, de la reanudación del Estado de Derecho y del proyecto de desarrollo con inclusión social que el país quiere reconstruir”.
El político más popular en la historia reciente de Brasil ingresó el 7 de abril de 2018 a la sede de la Policía Federal de Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, para cumplir una pena de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región por presuntos hechos de corrupción.
También en febrero fue objeto de una segunda condena en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.
“Soy un preso político”
Resuelto a probar su inocencia ante lo que considera una “farsa judicial”, Lula dijo en una carta leída frente a la cárcel por la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, que su candidatura a las elecciones de octubre fue inhabilitada para evitar que volviera a la presidencia.
“Nunca presentaron ni una prueba contra mí. Soy un preso político, exiliado de mi propio país”, escribió.
En un artículo titulado “¿Por qué tienen miedo de Lula libre?” y publicado este domingo en el diario Folha de Sao Paulo, aseguró que su encarcelamiento busca evitar que reorganice a la oposición en el país, en momentos en que su partido está falto de liderazgo y desprestigiado por la corrupción que envolvió a casi toda la clase política.
Además, denunció la “parcialidad” del actual ministro de Justicia de Bolsonaro, Sergio Moro, el exjuez responsable de su condena en primera instancia.
“Nada han encontrado para incriminarme: ni conversaciones de bandidos, ni maletas de dinero, ni cuentas en el exterior”, dijo Lula y señaló que pese a ello, fue condenado “en un plazo récord” por el juez Sergio Moro y el Tribunal Regional Federal 4.
Protestas por la liberación de Lula
Miles de personas se manifestaron este domingo en Brasil y en diferentes países del mundo y exigieron la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde hace 365 días, tiempo que fue calificado por sus seguidores como “un año de injusticia”.
Las marchas y manifestaciones a favor de Lula estaban programadas en más de 40 ciudades del país, entre ellas, Sao Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre y la capital, Brasilia, así como en Curitiba, la urbe donde está recluido el exmandatario.
El apoyo internacional tampoco se hizo esperar en París, Viena, Lisboa, Londres, Berlín y Buenos Aires, donde decenas de personas participaron este domingo en las protestas que fueron difundidas por las redes sociales.
Las actividades, que se adelantan desde el viernes y se extenderán hasta el próximo miércoles en apoyo al exjefe de Estado brasileño, también tienen previstos actos en Nueva York, Copenhague, Madrid, Barcelona, Montevideo, ciudad de México, Munich, Fránckfort, Roma y Amstedram.