WASHINGTON, EE.UU., 14 de mayo (EFE/AFP).- A pesar de las recientes acusaciones por parte de Estados Unidos, la coalición internacional que combate el yihadismo en Siria e Irak rechazó este martes que Irán suponga una creciente amenaza para sus tropas, tal y como ha esgrimido Washington para justificar el aumento de su presencia militar en la zona.
“No, no se ha producido un aumento en las amenazas de fuerzas respaldadas por Irán en Irak o en Siria”, sostuvo este martes un portavoz de la alianza, el mayor Christopher Ghika, quien ofreció una rueda de prensa desde Bagdad que pudo seguirse desde el Pentágono.
Ante la insistencia de los periodistas, Ghika reiteró hasta en tres ocasiones que la coalición no ha detectado un incremento en el “nivel de amenaza” que representan las fuerzas afines a Irán presentes en la región.
Ghika detalló que la alianza está “vigilando de cerca” a distintos grupos paramilitares chiítas y defendió que los países que conforman la coalición deben “ajustar” las medidas de seguridad en función de las necesidades.
Las declaraciones de Ghika contrastan con el discurso mantenido en los últimos días por el Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha acusado a Irán de representar una “creciente amenaza”.
Con base en estas acusaciones, EE.UU. ha ordenado aumentar de manera notable su presencia castrense en la región.
Indicios sin pruebas
La semana pasada, el Gobierno estadounidense ordenó el despliegue del portaaviones USS Abraham Lincoln y de su grupo de combate en aguas del golfo Pérsico, y envió a la base estadounidense de Al Udeid, en Catar, una flota de bombarderos B-52, con capacidad de emplear armas nucleares.
En un principio, esta maniobra se interpretó como una respuesta a la amenaza de Irán de cerrar el estrecho de Ormuz, como represalia por las sanciones impuestas por EE.UU. a sus exportaciones de crudo.
Sin embargo, el Pentágono fue más allá y el pasado 6 de mayo justificó este despliegue argumentando que existen “indicios” de que Irán se prepara para “llevar a cabo operaciones ofensivas contra fuerzas e intereses estadounidenses en la región”.
EE.UU. encabeza la coalición internacional, formada por 74 países y 5 organizaciones internacionales que, al amparo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, tiene por objetivo acabar con el yihadismo en Siria e Irak en el marco de la operación “Inherent Resolve”.
El presidente Donald Trump rechazó este martes que su Gobierno esté estudiando la posibilidad de desplegar a 120,000 militares en Oriente Medio debido a la creciente tensión con Irán, aunque aseguró que estaría dispuesto a enviar a “muchísimos” más soldados a la región.
“¿Lo haría? Absolutamente, pero no hemos hecho planes y espero que no tengamos que hacerlos. Pero si los hiciéramos, mandaríamos a muchísimas más tropas que esas”, declaró Trump a los periodistas instantes antes de partir rumbo a Luisiana, donde este martes tiene previsto participar en algunos actos de campaña.
Falta de respaldo
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta EE.UU. en esta escalada de tensión es la evidente falta de respaldo internacional.
La Unión Europea (UE) se distanció del Gobierno estadounidense después de que Trump decidiera retirarse del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 y del que también forman parte Rusia, China, Alemania, el Reino Unido, Francia y la UE.
La alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, pidió el lunes al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, de visita en Bruselas, “máxima contención y evitar cualquier escalada del lado militar” con Irán.
Por su parte, el Gobierno español justificó hoy en la “imprevisibilidad” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su decisión de retirar un buque militar de un grupo naval estadounidense que se dirige al Golfo Pérsico en plena crisis entre Washington e Irán.
Desde su llegada a la Casa Blanca hace dos más de años, Trump ha optado por la estrategia prometida en campaña de retirar tropas estadounidenses de países de Oriente Medio, como Siria, y de Afganistán.
La tensión en el golfo Pérsico ha aumentado sin embargo desde que Washington anunció en abril pasado el fin de las exenciones que había concedido a ocho naciones o territorios para que siguieran comprando petróleo a Irán.
El responsable de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo, de visita a Moscú, negó que su país quiera ir a la guerra con Irán.
“En esencia no buscamos una guerra con Irán” dijo Pompeo en rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Sochi, en el sur de Rusia, tras tres horas de reunión que precederá a la que mantendrá más tarde con el presidente Vladimir Putin.
“Espero que impere el buen sentido”, dijo Lavrov. “La región ya vive un exceso de tensión por los diferentes conflictos (...) Vamos a asegurarnos de que la situación no se degenera hasta un escenario militar”.
Por su parte, el líder supremo iraní, Alí Jamenei, afirmó también que “no habrá ninguna guerra” con Estados Unidos, según una declaración publicada en su sitio web oficial.