Internacional

Alerta roja

Alfredo García

El fantasma del golfo de Tonkin recorre el Medio Oriente. Estados Unidos acusó a Irán el pasado jueves de ser responsable de un ataque a dos barcos petroleros en el golfo de Omán cuando cruzaban el estrecho de Ormuz, vía de acceso al golfo Pérsico, por donde pasa diariamente un tercio del crudo mundial.

“El Gobierno de Estados Unidos ha determinado que la República Islámica de Irán es responsable de los ataque ocurridos hoy en el Golfo de Omán”, declaró Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU. “La determinación está basada en Inteligencia, las armas usadas, la capacitación necesaria para ejecutar la operación, ataques similares de Irán a barcos y el hecho de que no hay ningún grupo aliado en el área que tenga los recursos y la capacidad para actuar con ese alto nivel de sofisticación”, concluyó el jefe de la diplomacia norteamericana durante breve conferencia de prensa en Washington.

La delegación de Irán en la ONU mediante un comunicado, “rechazó categóricamente las acusaciones infundadas de EE.UU.”.

En agosto de 1964, durante el gobierno del presidente demócrata Lyndon B. Johnson, los servicios de Inteligencia de EE.UU. simularon dos ataques de fuerzas navales de Vietnam del Norte contra barcos de la armada de EE.UU. en el golfo de Tonkin. Con gran publicidad internacional sobre el pérfido engaño, el presidente Jonson, en represalia, solicitó al Congreso de EE.UU. una “ampliación” de las misiones militares de asesores norteamericanos en Vietnam del Sur, dando comienzo a la intervención militar masiva de EE.UU. y sus aliados contra la nación vietnamita que duró una década, con un sangriento y devastador saldo en vidas y bienes materiales.

Años más tarde se pudo comprobar por la desclasificación de archivos secretos sobre la guerra de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) “que esa noche no ocurrió ningún ataque”.

En el reciente incidente en el golfo de Omán, los buques petroleros, Front Altaír, de Emiratos Árabes Unidos y el Kokuka Courageous del Japón con destino a Taiwán y Singapur respectivamente, sufrieron impactos explosivos sobre la línea de flotación obligando a la evacuación de sus tripulaciones. El lugar del suceso está cercano a donde otros cuatro buques sufrieron un sabotaje de origen desconocido hace un mes. En esa ocasión, EE.UU. también acusó a Irán de ser “responsable” de los ataques.

El nuevo incidente marítimo se produjo en medio de una visita del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, a Irán, para “mediar” entre Washington y Teherán, con el propósito de reducir la escalada de tensiones entre ambos países. Para nadie pasa inadvertido lo forzado de la “mediación” de Abe, conociéndose su estrecha alianza con el presidente Trump.

Frente al riesgo de que las tensiones entre EE.UU. e Irán lleve a un conflicto armado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró: “Si hay algo que el mundo no se puede permitir, es una gran confrontación en la región del Golfo”. El Consejo de Seguridad de la ONU, se reunió de urgencia la noche del jueves para tratar el incidente a solicitud de la delegación de EE.UU.

El siniestro expediente de engaños de gobiernos demócratas y republicanos a la opinión pública para justificar sus fechorías imperialistas, hace sonar la alerta roja en el Medio Oriente. El falso “levantamiento” de la fuerza aérea revolucionaria para justificar la invasión mercenaria de Playa Girón contra Cuba en 1961, el simulado “ataque” vietnamita en el golfo de Tonkin usado como pretexto para intervenir militarmente en Vietnam en 1964, y las supuestas “armas de destrucción masiva en Irak” cuya mentira justificó la invasión de la nación árabe en 2003, obliga a una vigilancia internacional para impedir un nuevo engaño para justificar otro zarpazo imperial.