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EL PASO, Texas/ WASHINGTON, 4 ago (Reuters) - Dos tiroteos masivos que dejaron 30 muertos en Texas y Ohio resonaron en la arena política de Estados Unidos el domingo, y algunos demócratas acusaron al presidente Donald Trump de avivar las divisiones raciales, mientras el mandatario insistió en que “el odio no tiene cabida en nuestro país.”

Docenas también resultaron heridos el sábado y el domingo en tiroteos con solo 13 horas de diferencia, una carnicería que conmocionó a un país que se ha acostumbrado a los tiroteos masivos y aumentó las preocupaciones sobre el terrorismo doméstico.

En declaraciones a los periodistas en el aeropuerto en Morristown, Nueva Jersey, tras pasar el fin de semana en su complejo de golf, Trump dijo: “El odio no tiene lugar en nuestro país, y nos encargaremos de eso”.

En sus primeros comentarios públicos desde los tiroteos, el mandatario indicó que había hablado con el FBI, con el fiscal general y con miembros del Congreso sobre lo que se puede hacer para evitar dicha violencia. No dio detalles, excepto para decir que haría una declaración en Washington el lunes por la mañana.

La primera masacre ocurrió el sábado por la mañana en la ciudad fronteriza de El Paso, donde un hombre armado con un rifle mató a 20 personas e hirió a otras 26 en un supermercado Walmart antes de rendirse. Las autoridades indicaron el domingo que están tratando el ataque como un caso de terrorismo doméstico.

México tomará acciones legales “prontas, expeditas y contundentes” para exigir la protección de sus ciudadanos en Estados Unidos , dijo el domingo un alto funcionario del país latinoamericano luego de que en el ataque en Texas murieron tres mexicanos y nueve resultaron heridos.

En declaraciones a los periodistas en el aeropuerto en Morristown, Nueva Jersey, tras pasar el fin de semana en su complejo de golf, Trump dijo: “El odio no tiene lugar en nuestro país, y nos encargaremos de eso”.

En sus primeros comentarios públicos desde los tiroteos, el mandatario indicó que había hablado con el FBI, con el fiscal general y con miembros del Congreso sobre lo que se puede hacer para evitar dicha violencia. No dio detalles, excepto para decir que haría una declaración en Washington el lunes por la mañana.

El republicano no abordó las acusaciones sobre su lenguaje antiinmigrante, aunque previamente calificó el tiroteo de El Paso como un “acto de odio” y “un acto de cobardía”, en publicaciones en Twitter.

“Es también un problema de enfermedad mental, si se miran ambos casos. Es una enfermedad mental. Realmente son personas que tienen enfermedades mentales muy, muy graves”, dijo Trump a los periodistas.

En otro incidente, en las primeras horas del domingo en Dayton, Ohio, un hombre armado abrió fuego en un distrito del centro matando a nueve personas e hiriendo al menos a otras 26. El asaltante fue ultimado a tiros por la policía, con lo que la cifra de muertos por ambos hechos llegó a 30.

Varios de los demócratas reiteraron llamados a tomar medidas más estrictas para el control de armas, mientras que otros vieron conexiones con un resurgimiento del nacionalismo blanco y la política xenófoba en el país.

“Donald Trump es responsable de esto. Él es responsable porque está avivando los temores, el odio y la intolerancia”, dijo el senador Cory Booker, uno de los precandidatos demócratas a la elección presidencial 2020, en “Estado de la Unión” de CNN.

En declaraciones a “This Week” de ABC, el jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, refutó las acusaciones de los demócratas y atribuyó los disparos a individuos “enfermos”. “No hay ningún beneficio aquí en tratar de hacer de esto un problema político, es un problema social y tenemos que abordarlo así”.

Beto O’Rourke, excongresista demócrata de El Paso, afirmó que creía que Trump era un nacionalista blanco cuya retórica antiinmigrante avivó las divisiones. “Es un racista declarado y abierto y está alentando más racismo en este país”, dijo O’Rourke en CNN.

Por su parte, el senador Bernie Sanders declaró que “Debemos unirnos como nación para rechazar esta peligrosa y creciente cultura de intolerancia adoptada por Trump y sus aliados”.

Una de las marcas de la presidencia de Trump ha sido su determinación de frenar la inmigración ilegal. El republicano ha sido criticado por comentarios que menosprecian a los inmigrantes mexicanos y se refiere al ingreso de migrantes a través de la frontera sur como una “invasión”.

“El presidente de la República me ha instruido para que esta indignación de México se traduzca en (...) acciones legales eficaces, prontas, expeditas y contundentes para que México coadyuve y exija que se den las condiciones para proteger a (...) las mexicanas y mexicanos en Estados Unidos”, dijo el canciller del país latinoamericano, Marcelo Ebrard.

En las últimas semanas, detractores acusaron a Trump de racismo después de sus ataques contra miembros del Congreso que son miembros de minorías raciales o étnicas.

Las autoridades aún investigaban los motivos del atacante de El Paso, identificado como Patrick Crusius, de 21 años. Crusius venía de Allen, Texas, un suburbio de Dallas a unos 1.046 kilómetros al este de El Paso.

Una declaración de cuatro páginas publicada en 8chan, un foro de mensajes en línea utilizado frecuentemente por extremistas, y que se cree fue escrito por el sospechoso, llamó al ataque de Walmart “una respuesta a la invasión hispana de Texas”. También expresó apoyo al tirador que mató en marzo a 51 personas en dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda.

ACCIÓN POLICIAL RÁPIDA

El papa Francisco condenó los ataques contra “personas indefensas” en Estados Unidos, incluido un incidente el domingo pasado en el que un hombre armado mató a tres personas e hirió a una docena en un festival de comida en Gilroy, California.