Internacional

Fecha Histórica

Alfredo García

El pasado martes 24 de septiembre será recordado como fecha histórica. El presidente Donald Trump inició virtualmente, con su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, su campaña por la reelección presidencial en 2020; y la presidenta de la Cámara de Representantes de EU, Nancy Pelosi, anunció el comienzo de la investigación preliminar para el juicio político de su destitución.

“Tengo el inmenso privilegio de dirigirme a ustedes hoy como el líder electo de una nación que valora la libertad, la independencia y el autogobierno por encima de todo. Si quieren libertad, sientan orgullo de su país. Si quieren democracia, agárrense a su soberanía. Si quieren paz, amen a su nación. El mundo libre debe abrazar sus cimientos nacionales”, afirmó Trump con catedrática actitud lejos de corresponder a sus dos años y medio de errática gestión de gobierno.

“El futuro no pertenece a los globalistas, sino a los patriotas”, sentenció el aislacionista Trump en el corazón del multilateralismo, subrayando el chauvinista concepto patriotero que tanto sufrimiento ha causado a la humanidad. Estancado en simultáneos conflictos internacionales por su táctica de fuerza y chantaje, el narcisista presidente quiso dar con su pretensión reeleccionista, la imagen de un estadista moderado: “Somos la potencia más poderosa del mundo, pero confío en no tener que utilizar nunca ese poder. Estados Unidos sabe que cualquiera puede hacer la guerra, pero sólo los más valientes pueden elegir la paz”, afirmó Trump intentando restar beligerancia a su política exterior.

La gota que rebosó la copa de tolerancia demócrata fue el reciente escándalo por presuntas presiones de Trump al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, para desprestigiar la candidatura electoral del ex vicepresidente Joe Biden, su posible rival en las elecciones de 2020. Según el diario, The Wall Street Journal, Trump pidió a Zelensky en varias ocasiones abrir una investigación contra Biden mientras mantenía bloqueada la entrega de una ayuda a Ucrania de 250 millones de dólares. La llamada telefónica trascendió por la denuncia de un informante anónimo, cuyo testimonio se había ocultado al Congreso. Trump negó las presiones, pero reconoció haber hablado con el presidente ucraniano sobre Biden.

“Las acciones llevadas a cabo por el presidente, suponen una violación grave de la Constitución”, aseguró Pelosi. “El presidente debe rendir cuentas, nadie está por encima de la ley”, añadió. Trump, agraviado, respondió en Twitter: “Un día tan importante en Naciones Unidas, tanto trabajo, tal éxito, y los demócratas lo han estropeado a propósito y lo han menospreciado con más noticias falsas de la basura de la caza de brujas. ¡Es muy malo para nuestro país!”.

Hasta el reciente escándalo telefónico, Pelosi se oponía a los demócratas que presionaban por iniciar un juicio político contra Trump, dudando sobre el costo o beneficio de la medida. En la centenaria historia política de EU, sólo 3 presidentes han pasado por un proceso de juicio político: Andrew Johnson en 1868, por abuso de poder, Richard Nixon en 1974, por obstrucción de la justicia, abuso de poder y desacato al Congreso, y Bill Clinton en 1998, por perjurio y obstrucción de la justicia. El juicio de Johnson y Clinton, fue suspendido al no obtener las 2/3 de los votos de aprobación en el Senado. En el caso de Nixon, su renuncia a la presidencia hizo innecesario la votación.

Con la esperada decisión de iniciar el juicio político contra Trump, la senadora Pelosi se hace eco de lo más avanzado de la clase política norteamericana. Pelosi no sólo trata de impedir la posibilidad de un segundo mandato de Trump, sino que harta de vergüenza y lastimado orgullo de la nación, espera frenar la imprudencia gubernamental del presidente en lo que resta de mandato.