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LA HABANA, Cuba (Por Pelayo Terry Cuervo, especial para Por Esto!).- El Gobierno cubano rechazó de manera enérgica la nueva medida puesta en vigor hoy por Estados Unidos, mediante la cual se prohíben todos los vuelos chárter desde ese país hacia la isla, excepto al aeropuerto de La Habana, la capital del país.

El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, en su cuenta oficial en Twitter deploró la decisión dada a conocer durante la jornada del viernes por el secretario de Estado, Mike Pompeo.

“Rechazo enérgicamente nueva prohibición por gobierno de EEUU de vuelos chárter a Cuba excepto Habana y restricción del número de ellos en ésta. Es grave violación de derechos humanos, de libertad de viajar estadounidenses y obstaculiza reunificación familiar”, señaló el Canciller.

El Gobierno de Donald Trump, que en octubre de 2019 había suspendido los vuelos regulares desde Estados Unidos a destinos cubanos con excepción de La Habana, amplió la prohibición a los vuelos chárter, que sólo podrán ser operados a la capital de la isla y en un número restringido.

Los operadores de vuelos chárter tendrán un plazo de 60 días para suspender las rutas a nueve aeropuertos cubanos. Sólo quedarán las rutas a La Habana, y en ese caso con una nueva restricción en el número de vuelos al Aeropuerto Internacional “José Martí”.

Con esta nueva vuelta de tuerca para tratar de asfixiar a la isla caribeña el gobierno estadounidense sigue el mismo guión empleado a raíz de cada una de las más recientes medidas que recrudecen el bloqueo contra Cuba.

Los nueve destinos afectados son: el aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte en Camagüey; el aeropuerto de Jardines del Rey en Cayo Coco; el aeropuerto Vilo Acuña en Cayo Largo; el aeropuerto Jaime González en Cienfuegos; el aeropuerto Frank País en Holguín; el aeropuerto de Sierra Maestra en Manzanillo; el aeropuerto Juan Gualberto Gómez en Matanzas; el aeropuerto Abel Santamaría en Santa Clara, y el aeropuerto Antonio Maceo en Santiago de Cuba.

Según Pompeo la nueva prohibición busca privar aún más de ingresos al Gobierno cubano e insistió en la matriz del apoyo de la isla al Gobierno legítimo de Venezuela.

Apoyada por cubano-estadounidenses de línea dura contra el Gobierno de la isla, la Administración Trump ha aplicado decenas de medidas que refuerzan el embargo que Estados Unidos mantiene desde 1962 –hace más de medio siglo-, con el reiterado argumento de las presuntas violaciones de los derechos humanos y “el apoyo político y militar” a Nicolás Maduro.

Cuba, que niega y rechaza esas afirmaciones y considera que las sanciones atentan contra los derechos de sus ciudadanos.

Diversas ONGs y grupos que buscan el fin del embargo, como el Center for Democracy in the Americas (CDA), WOLA, OXFAM y Engage Cuba, denunciaron la interrupción de los vuelos chárter a Cuba con excepción de La Habana y solicitaron al Congreso estadounidense que apruebe dos proyectos de ley presentados el año pasado, uno en la Cámara de Representantes y otro en el Senado, que piden autorizar los viajes a Cuba.

La posibilidad de viajes directos a Cuba surgió durante el Gobierno de Barack Obama, que permitió en 2015 el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas desde poco después del triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro.

Obama visitó La Habana y consideró como un fracaso los intentos de más de medio siglo de Estados Unidos para derrocar al gobierno comunista de Cuba. Pero desde su llegada al poder en 2017, Trump ha dado marcha atrás a ese acercamiento.

Según cifras oficiales cubanas, en 2019 el número de norteamericanos que viajaron a Cuba se redujo en 20% respecto a 2018, pasando de 623,172 a 498,538.

La disminución de los viajeros estadounidenses impactó en los florecientes servicios turísticos locales de iniciativa privada.