Internacional

Ebria de alegría, la ciudad brasileña de Sao Paulo dio la bienvenida oficial al carnaval con un homenaje a las mujeres, a los negros y a Jesucristo. Una marea amarilla inundó los 530 metros del sambódromo de Anhembi a las once y veinte de una noche fría de viernes, mientras el público, todavía escaso, enloquecía al escuchar el grito que daba inicio al carnaval de la ciudad más poblada del país. La escuela de samba Barroca Zona Sul fue la encargada de inaugurar la noche de desfiles de “primera división” en la capital paulista, con un homenaje a la líder Tereza de Benguela, una mujer que durante la segunda mitad del siglo XVIII luchó a favor de la comunidad negra y en contra de la esclavitud en Brasil. Desde niños hasta ancianos llenaron de color la pista del sambódromo, acompañados de la reina de batería, cuyo disfraz paseó 50,000 cristales, haciendo referencia a la riqueza usurpada de Angola.

Entre purpurina y cuerpos despampanantes, el viaje del sambódromo continuó la madrugada del sábado e hizo una parada en el Antiguo Egipto, cuyos escritos sirvieron de inspiración a la escuela “Dragoes da Real” para presentar alegorías al humor y la alegría. La cuarta escuela de samba en pisar la pista será la vencedora del año pasado, Mancha Verde.