La aeronave se partió en pedazos tras “un aterrizaje brusco” en el aeropuerto de Estambul; imágenes de medios locales mostraron a algunos pasajeros que bajaban del avión de entre los huecos que ocasionó el accidente
Un avión se salió de la pista el miércoles mientras intentaba aterrizar en un aeropuerto de Estambul y se estrelló en un campo partiéndose en pedazos. Al menos 120 personas resultaron lesionadas y los pasajeros tuvieron que bajar de entre los huecos del avión, informaron las autoridades turcas. Imágenes de televisión mostraban daños graves en la aeronave, y el fuselaje parecía estar roto en tres partes en el aeropuerto Sabiha Gokcen.
La televisora privada NTV informó que el avión, perteneciente a la aerolínea de bajo costo Pegasus, provenía de la ciudad de Izmir. El aparato se incendió después de patinarse, pero las llamas se extinguieron más tarde.
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El Ministerio de Transporte lo describió como “un aterrizaje brusco”. El aeropuerto cerró y los vuelos se desviaron al aeropuerto principal de Estambul. El gobernador de Estambul, Ali Yerlikaya, dijo que al menos 120 personas resultaron lesionadas en el accidente y tuvieron que ser hospitalizadas. Su oficina indicó que el avión transportaba a 177 pasajeros, entre ellos seis tripulantes.
Videos transmitidos en vivo por televisión mostraban a decenas de rescatistas bajo la lluvia trabajando alrededor del fuselaje. De acuerdo con el sitio en internet de rastreo de vuelos Flightradar24, se trata de un Boeing 737 de 11 años de antigüedad.
“El accidente ocurrió después de que el avión no pudo desacelerar y se estrelló en un campo al final de la pista”, informó ministro de Transporte, Mehmet Cahit Turhan, de acuerdo con la agencia estatal de noticias Anadolu. El accidente sucedió un mes después de que otro avión de Pegasus se saliera de la pista en Estambul en el mismo aeropuerto. No hubo muertos ni lesionados en el incidente del 7 de enero.
Es inusual que un fuselaje se parta mientras las piezas permanecen prácticamente intactas. Los aviones están diseñados para absorber fuerzas de impacto en la parte inferior del fuselaje y así mejorar la probabilidad de sobrevivencia de los pasajeros en la cabina.
En 2013, la cola de un Boeing 777 de Asiana Airlines se desprendió después de que la aeronave se estrellara contra un rompeolas al acercarse al aeropuerto internacional de San Francisco.
Tres personas murieron, 49 resultaron heridas de gravedad y decenas más sufrieron lesiones menores, según el reporte del accidente de Estados Unidos. Ese mismo año, un avión Boeing 737 de Lion Air se partió en dos después de aterrizar en aguas poco profundas a poca distancia de la pista de aterrizaje de Bali, Indonesia. Los 101 pasajeros y siete tripulantes a bordo sobrevivieron.