Internacional

Mujeres… por su cuenta

POR Marina MenéndezFotos: Lisbet Goenaga(Especial para Por Esto!)

No son pocas las cubanas que tejen alianzas en busca de su desarrollo, y lo

hacen en las redes privadas. Sustento económico… y realización personal

 

LA HABANA, Cuba.- Hasta después de entrar en vigor las normas que actualizaron las condiciones para el ejercicio del trabajo privado en Cuba en enero pasado, existían en todo el país cerca de 617,043 personas vinculadas a esa forma de labor. Datos proporcionados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social aseguraban que de ese total, apenas el 36 por ciento eran mujeres.

Ello invita a pensar que ellas van a la zaga en el sector privado; sobre todo, si se toma en cuenta que en el ámbito estatal las mujeres representaban el 49% de los empleados para esa fecha, y más del 66% de todos los profesionales y técnicos del país.

Sin embargo, tal desequilibrio no niega el alto vuelo que las mujeres son capaces de asumir en torno a los emprendimientos personales, ni el hecho de que cada vez los abracen más.

Al asunto invitó a pensar a estas reporteras un sui géneris bazar organizado por un proyecto cultural, para apoyar y difundir el trabajo de las emprendedoras con menos experiencia.

Desde producciones tan a tono con lo que, tradicionalmente, las concepciones machistas y patriarcales adjudican al género femenino como la elaboración de dulces, pasando por la bisutería en acrílico, los bolsos de piel, los lienzos, o novedosos embalajes pensados para todo tipo de regalos, mostraron un abanico de creatividad femenina donde pudieron verse las muchas posibilidades que explotan hoy las llamadas mujeres emprendedoras cubanas. Ello, sin contar experiencias que no acudieron a la muestra y ya se hacen famosas, como los jabones artesanales D’Brujas o las lámparas Luminarias Modo, donde ellas son protagonistas o copartícipes.

Algunas se iniciaron cuando atenazaba la necesidad, como ocurrió con las creadoras de la marca de bolsos Zulú: un proyecto familiar que comenzó en los tiempos de crisis conocida como período especial, en los años de 1990.

Mady Letamendi Zulueta cuenta que primero usaron los retazos de la abuela para hacer sus propios jolongos donde llevar las cosas a la escuela. Luego aparecieron trozos de piel, personas que les proveyeron algunos modos de hacer, y ella, su hermana y su mamá fueron consolidando la hechura de las carteras y comercializando.

Aunque las tres son graduadas de distintas carreras universitarias, finalmente decidieron dedicarse sólo a la confección de bolsos y carteras, cuando el trabajo por cuenta propia se legalizó en el año 2010.

Podría considerarse una marca consolidada: Zulú ya tiene su propio local, y muchos de sus artículos han sido exhibidos como accesorios en los desfiles de la moda que tienen lugar cada noviembre en La Habana.

Otras mujeres, sin embargo, abrazaron el negocio por el mero gusto de crear, más que por el sustento.

Diseños diversos con evocaciones auténticamente africanas pueden apreciarse en vestidos, cojines, y otros artículos textiles de la marca Nawe.

El proyecto es protagonizado por tres muchachas veinteañeras: Katiana Martínez y Clara Valdés, arquitectas, y Gabriela Valdés, artista visual, a partir de la impresión xilográfica en textiles, una técnica bastante rústica que ellas desempeñan ya con la madurez de artistas especializadas.

No tienen aún su tienda propia, así que el proyecto afro Beyond Rots les ofreció ayuda en la comercialización.

“Nació el proyecto de algo que nos gusta, cuentan. Además de ser arquitectas graduadas, también somos ilustradoras y nos inclinamos mucho hacia el diseño”.

Llevan apenas unos meses comercializando, pero han podido palpar la aceptación de sus productos. Sin embargo, siguen estudiando en torno a algo tan difícil para ellas como la contabilidad y las ventas con el auxilio del proyecto Cubaemprende, que alista a quienes desean poner en marcha sus propios emprendimientos.

El hecho de que varias mujeres e, incluso, distintos proyectos se alíen para avanzar, no resulta novedoso.

Una investigación dada a conocer hace algunos meses por el sitio web Mujeres emprendedoras arrojó que las féminas -al menos en La Habana, donde se realizó la indagación- parecieran tener más tendencia a la asociación en el sector cuentapropista, que los hombres.

Según los autores (Ileana Díaz Fernández, investigadora del Centro de Estudios de la Economía Cubana, de la Universidad de La Habana, y Luis Barreiro, del Colegio Universitario San Gerónimo) aunque se trata de trabajos exploratorios que no alcanzan un valor representativo, éstos revelan aspectos esenciales que deberán profundizarse en estudios futuros.

Según sus investigaciones, el 22% de las mujeres cuentapropistas incluidas en su muestra tenía un socio, y el nueve por ciento de ellas poseía tres socios o más. El 76% de los hombres, sin embargo, asumía el emprendimiento solo; y únicamente el 20% se aliaba a otro emprendedor.

Para ofrecer apoyo

Lucía Zalbidea es española, vive en Cuba hace seis años pero tiene relaciones con ella desde 1996, cuando estableció los primeros lazos con la isla como artista plástica y representante de una agencia editorial que enaltece la épica revolucionaria.

Conoce bien el arte cubano: ha editado importantes libros y catálogos en torno a la obra de connotados artistas de la lente en Cuba como Korda o Liborio Noval.

El Bazar Eva, auspiciado por su proyecto Cairo Estudio, constituyó el cierre de un conjunto de varias actividades organizadas en el ámbito del 8 de marzo bajo el título “Expresividad femenina”, y que constó de una exposición fotográfica, una tertulia y el bazar.

Fueron las primeras actividades que la editorial organiza en torno al tema femenino, y tuvieron como protagonistas a una veintena de féminas que incluyeron a la joven intérprete cubana Annie Garcés y la conocida actriz española residente en Cuba, Eva González.

“El propósito es dar espacio y oportunidad a las creadoras que no tienen otro sitio donde exponer, además de propiciar el encuentro entre las mujeres emprendedoras con más experiencia y las más noveles”.

Es buena la idea de juntarse. “Entre nosotras surgen sinergias y empatías no sólo lindas, sino productivas”, asegura.