Internacional

WASHINGTON, EE.UU., 18 de abril (AFP/EFE/AP/REUTERS).- El presidente estadounidense, Donald Trump, instó a la rebelión contra el confinamiento, pese a que su país es el principal foco del coronavirus con cerca de un cuarto de las más de 158,000 muertes que ha causado hasta este sábado en el mundo.

Mientras que unas 4,500 millones de personas, más de la mitad de la población mundial, están confinadas en sus casas, en Estados Unidos manifestantes desafiaron este sábado en las calles a las autoridades de Estados demócratas que sostienen la medida.

“¡Liberen a Minnesota!”, “¡Liberen a Michigan!”, “¡Liberen a Viginia!”, tuiteó Trump, animando a incumplir el confinamiento.

Una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Pew indicó que la mayoría de los estadounidenses, por un margen de dos a uno, están preocupados porque las restricciones a la movilidad se levanten antes de tiempo.

Prácticamente no hay un solo país o territorio del planeta donde no haya llegado el coronavirus, que ya ha infectado a 2,310,000 personas y matado a más de 158,000 desde que apareció en China a fines de 2019, según el último recuento de la Universidad Johns Hopkins y la agencia francesa de prensa (AFP).

Europa registra la mitad de esos contagios y casi dos tercios de los fallecidos (casi 98,000), sobre todo en Italia (23,000 decesos), España (más de 20,000), Francia (más de 19,000) y Reino Unido (casi 15,500). Muy por debajo de esas cifras, China reporta 4,636 muertos.

Pero Estados Unidos es el país más golpeado del mundo, con más de 732,000 contagios y 38,000 fallecidos. En América Latina el número de muertos supera los 4,000 y África registra más de 1,000.

¿Desconfinamiento?

Al llamar a presionar el fin del confinamiento, Trump incluso ha hecho referencia al derecho de los estadounidenses a portar armas.

Los grupos que han incitado a manifestarse denuncian lo que consideran una intromisión excesiva de los gobernadores, que han ordenado el cierre temporal de la venta de armas y municiones en esos estados.

Pero más allá de la instigación de Trump, a nivel mundial los gobiernos se enfrentan al dilema de cuándo y cómo poner fin al confinamiento.

Tras semanas devastadoras, las señales de la desaceleración de la epidemia en Europa, aunque se sigan reportando cientos de muertos, ha llevado a algunos países a pensar en el desconfinamiento.

A partir del 11 de mayo está previsto que se reanuden actividades, o incluso se reabran los colegios, en Francia y Suiza. En Alemania la cita es el 4 de mayo, el 27 de abril en Noruega. Dinamarca ya lo aplica. En España, los alumnos seguirán estudiando desde casa el tercer trimestre y no hay fecha para reabrir los centros educativos.

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido del riesgo de una segunda ola mortal del virus, si se levanta el confinamiento muy pronto.

Guerras del hambre

El confinamiento es aún más duro en los países más pobres o en conflicto, en África, Medio Oriente o América Latina.

“Señor presidente, estamos atravesando una crisis alimentaria. Aquí hay una guerra”, advirtió Joani Fredericks, una activista de Sudáfrica, preocupada porque el confinamiento en su país ha derivado en choques con la policía y saqueos en los barrios más empobrecidos, a causa del hambre.

En Brasil, con 2,354 muertos y más de 36,600 infectados -aunque el número real de contagios podría ser 15 veces mayor, según investigadores-, la situación sanitaria en las favelas es particularmente preocupante.

La crisis sanitaria amenaza con pasar una pesada factura a Latinoaméricana y borrar los avances de los últimos años, como ya advirtió el Banco Mundial, que prometió 160,000 millones de dólares para financiar proyectos contra la pandemia en los próximos quince meses.

Después de que Argentina declarara una moratoria para el pago de la deuda interna, los acreedores de Ecuador aceptaron extender hasta agosto el plazo para que pague 811 millones de dólares de intereses de su deuda externa, que serán utilizados para luchar contra el coronavirus.

En medio de las dificultades económicas, muchos países luchan por abastecerse de material para atender la emergencia.

Argentina recibió su primer vuelo con insumos procedentes de China, un avión con 13 toneladas de material sanitario.

Preocupación por migrantes y presos

En América Latina, como en Europa y otras regiones, la situación de los migrantes es foco de preocupación. Unas 1,700 personas sin documentos -en su mayoría provenientes de Latinoamérica- quedaron varados en su ruta a Estados Unidos en una zona selvática de Panamá, donde esperan hacinados la apertura de fronteras.

Guatemala por su parte anunció que las deportaciones de guatemaltecos desde Estados Unidos han sido suspendidas hasta nuevo aviso tras un repunte de casos de coronavirus entre los expulsados.

Otro frente sensible son las prisiones. Dos presos murieron en un motín desatado por temor al coronavirus en una cárcel del norte de Perú, tras el deceso de otro interno por la COVID-19.

En Ecuador falleció un preso de una cárcel donde hay unos 1,400 detenidos, mientras en Colombia murieron tres reclusos y 20 estaban contagiados en la cárcel de Villavicencio, en el centro del país.