La pandemia ha obligado a la humanidad a adoptar nuevos hábitos, como desinfectarse constantemente las manos y no salir de casa sin cubrebocas; este último implemento, que conforme ha avanzado la emergencia sanitaria se ha ido renovando, fue diseñado como un accesorio inteligente por dos emprendedores españoles.
A través de una empresa en Italia, se diseñó el cubrebocas más avanzado del que se tenga registro hasta ahora. Esta mascarilla, que lleva el nombre de la empresa que lo diseñó, CLIU, es inclusivo (la parte que cubre la boca es transparente); sostenible (se puede reutilizar) y tecnológico (incluso tiene bluetooth).
Fue creado por Álvaro González y Simona Lacagnina y también es capaz de autodesinfectarse, medir la calidad del aire y alertar al usuario sobre focos cercanos de COVID-19.
CLIU se sincroniza con una aplicación móvil, en la que se le inidica a quien lo porta, cómo está su respiración y su frecuencia cardiaca, esto para prevenir enfermedades relacionadas con el coronavirus.
Lo venden junto con una estación de carga con luz ultravioleta, misma que desinfecta el cubrebocas en pocos minutos y lo carga para que siempre esté conectado con el celular.
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