El domingo, un bombardeo que alcanzó una mezquita en el sector de al-Jawba, en la provincia de Marib, dejó 22 personas muertas, entre ellos varios niños, según funcionarios del gobierno que acusaron a los hutíes. Estos últimos no reaccionaron a las acusaciones.
La guerra en Yemen inició en 2014 y ha sumido al país en la peor crisis humanitaria del mundo, según la ONU.
Decenas de miles de personas, en su mayoría civiles, han muerto y millones han sido desplazadas, según las oenegés internacionales.
La coalición, que ayuda al gobierno desde 2015, asegura estar infligiendo grandes bajas a los rebeldes en ataques aéreos casi diarios desde hace más de tres semanas, pero estas cifras no pueden ser verificadas de forma independiente y los hutíes rara vez comunican sus pérdidas.
Los ataques aéreos y los combates terrestres se han intensificado en las últimas semanas alrededor de la ciudad de Marib, el principal objetivo de los hutíes.
La coalición dirigida por Arabia Saudita que interviene militarmente en Yemen afirmó el martes haber abatido a más de 140 rebeldes hutíes en las últimas 24 horas en nuevas incursiones en la provincia de Marib, el último bastión leal al gobierno en el norte del país en guerra.
La fuerza aérea de la coalición está apoyando a las tropas gubernamentales terrestres que intentan repeler la ofensiva de los hutíes que buscan apoderarse de la ciudad de Marib, capital de la provincia del mismo nombre.
"Dieciocho vehículos militares fueron destruidos y 145" insurgentes muertos en las últimas 24 horas en redadas en Serwah (al este de la ciudad de Marib) y al-Jawf (al norte de la ciudad de Marib), dijo la coalición en un comunicado difundido por la agencia oficial saudí de prensa SPA.
El martes, un oficial militar leal dijo que los insurgentes avanzaban hacia la ciudad de Marib, a pesar de las víctimas reportadas.
Con información del Universal
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GV