Una brecha de ocho semanas entre las dosis Pfizer de la vacuna contra COVID-19 conduce a niveles generales de anticuerpos más altos, pero hay una fuerte caída en los niveles de anticuerpos tras la primera inyección, así lo reveló un reciente estudio británico.
Este estudio podría ayudar a informar las estrategias de vacunación contra la variante Delta, que reduce la efectividad de una primera dosis.
De acuerdo al análisis, para el intervalo de dosificación más largo, los niveles de anticuerpos neutralizantes contra la variante Delta fueron débilmente incluidos tras una sola dosis, y no se mantuvieron durante el intervalo antes de la segunda dosis.
“Luego de dos dosis de vacuna, los niveles de anticuerpos neutralizantes fueron dos veces más altos tras el intervalo de dosificación más largo en comparación con el intervalo de dosificación más corto”, explicaron los autores del estudio.
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Además, el estudio encontró que los niveles generales de células T eran 1,6 más bajos con un intervalo largo en comparación con el programa de dosificación corto 3-4 semanas, pero que una mayor proporción eran células T auxiliares, con el intervalo largo, que respaldan la memoria inmunitaria a largo plazo.
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Así, en cualquier esquema de dosificación se produjo una fuerte respuesta de anticuerpos y células T, en el estudio de más de 500 trabajadores de la salud.
En diciembre pasado, Gran Bretaña extendió el intervalo entre las dosis de la vacuna a 12 semanas, aunque Pfizer advirtió que no había evidencia que respaldara un cambio de una brecha de tres semanas.