Los casos de crímenes y abusos cometidos por militares rusos sobre civiles ucranianos serán motivo de una denuncia ante la Corte Internacional, aseguró el canciller de Ucrania, Dmytro Kuleba.
Entre los casos más relevantes de los que se ha informado en los últimos días, está el de una mujer ucraniana, quien denunció que fue violada por dos soldados rusos mientras su hijo de cuatro años estaba a su lado desconsolado y muy asustado.
La historia de la mujer de 33 años que se identificó bajo el seudónimo de Natalya fue contada por el periodico Times de Londres, es uno de los casos que investiga la fiscalía general de Ucrania y que ha sido denunciado ante los europeos.
De acuerdo con el medio, Natalya vivía con su esposo Andrey y su hijo Oleksii (todos los nombres son seudónimos) cerca del pueblo ucraniano de Shevchenkove, en los suburbios de Kiev.
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El 9 de marzo, soldados rusos entraron por la fuerza a su casa, a pesar de que la familia había colocado en la puerta una camisa blanca, en señal de paz.
Primero, los soldados mataron al perro de la familia y obligaron a los tres a salir de la casa. Cuando Natalya, su esposo y su pequeño quisieron irse en su coche, el comandante de la unidad, que se presentó como Mikhail Romanov, y quien a decir de la mujer parecía borracho, chocó el auto, impidiéndoles huir.
Cuando oscureció, Natalya escuchó un disparo y vio el cuerpo de su esposo, de 35 años, tirado en el piso. Contó al diario que uno de los soldados le apuntó a ella a la cabeza y le dijo: “Le disparé a tu esposo porque es un nazi”. Mientras que su hijo Oleksii se escondió en el cuarto donde estaba el calentador.
Luego, el soldado volvió a amenazar a Natalya. “Más vale que te calles o traeré a tu hijo y le mostraré los sesos de su padre esparcidos por toda la casa”, le dijo.
Enseguida le exigió que se quitara la ropa. “Entonces los dos me violaron, uno tras otro. No les importó que mi hijo estuviera en la habitación de al lado, llorando”.
Todo el tiempo, los soldados le apuntaban con una pistola en la cabeza, mientras la insultaban y se preguntaban si dejarla viva, ellos se fueron y ella aprovechó para ir a ver a su hijo, que estaba paralizado de terror.
Sin embargo, 20 minutos después, los soldados regresaron y la violaron una vez más. Estaban, recordó Natalya, “tan ebrios que apenas si podían permanecer de pie”.
Cuando los efectivos se quedaron dormidos en sus sillas, Natalya contó al Times que tomó a su hijo y le dijo: “Tenemos que correr muy rápido, o nos dispararán”. Al abrir la puerta, Oleksii quedó parado junto al cuerpo tendido de su padre, pero como estaba oscuro, no supo que era él.
Madre e hijo corrieron y finalmente llegaron a la ciudad de Ternopil, donde tenían otros familiares refugiados.
Por su parte, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, informó que piensa llevar a la Corte Criminal Internacional los casos de abuso que han sido denunciados, y que son reconocidos como crímenes de guerra.
Maria Mezentseva, diputada ucraniana, habló del caso de Natalya y dijo que Ucrania “no guardará silencio” ante estos crímenes. ““Hay muchas más víctimas además de este único caso que ha hecho público el fiscal general”, dijo la política a Sky News.
Rusia ha rechazado que sus soldados hayan atacado a civiles desde que comenzó la invasión, el pasado 24 de febrero.
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JAL