Durante la apertura del año judicial en el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Papa Francisco destacó la importancia de ejercer la justicia con valentía, especialmente dentro de la comunidad cristiana, enfatizando que "hacer justicia es siempre un acto de caridad".
A pesar de no poder pronunciar personalmente su discurso debido a una bronquitis, sus palabras fueron transmitidas por un colaborador, resaltando la necesidad de enfrentar con determinación la búsqueda de la verdad, incluso frente a acciones graves y escandalosas.
El pontífice señaló que la valentía es fundamental para desafiar la corrupción y promover un cambio positivo, incluso en contextos bien estructurados y apoyados por instituciones sólidas.
Subrayó que este valor no solo es crucial para abordar adecuadamente los procedimientos judiciales bajo críticas, sino también para garantizar un proceso justo y respetar las normativas específicas del sistema vaticano, administrando la justicia con autoridad e imparcialidad.
Francisco hizo hincapié en la importancia de la oración para buscar la guía del Espíritu Santo en el proceso de toma de decisiones judiciales, recordando que el discernimiento se realiza "de rodillas" para alcanzar veredictos que benefician a las personas y a la comunidad eclesial en su conjunto.
Además, remarcó que administrar justicia trasciende la mera obligación temporal, iluminando la esencia misma del poder judicial de cada estado, donde el compromiso personal, generoso y responsable es esencial.
Concluyendo su mensaje, el Papa Francisco extendió sus deseos a los magistrados del Tribunal y a la Oficina del Fiscal, instándolos a mantener, junto con la prudencia, la valentía cristiana en su servicio a la justicia.
Su discurso culminó con una oración por el fortalecimiento de esta virtud en todos los presentes, reafirmando el vínculo inseparable entre justicia, caridad y valentía en el contexto de la fe cristiana.
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