El presidente francés, Emmanuel Macron, ha declarado el estado de máxima alerta en Francia en respuesta a recientes amenazas del Estado Islámicode Jorasán (ISIS-K o EI-K), responsable del devastador ataque en Moscú que resultó en al menos 137 víctimas mortales.
Esta rama del Estado Islámico, activa en Asia Central, ha sido señalada por intentos previos de atentados en territorio francés en los últimos meses, según Macron.
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En un comunicado durante su visita a la Guayana Francesa, Macron enfatizó que la elevación del nivel de alerta se fundamenta en "elementos creíbles y sólidos" y se implementa como una medida preventiva ante las "ramificaciones" e "intenciones" de esta milicia yihadista.
La alerta máxima busca reforzar la seguridad en el país, especialmente en preparación para los próximos Juegos Olímpicos de París, como aseguró el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
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Macron también hizo un llamado a Rusia para evitar la instrumentalización del reciente ataque en Moscú contra Ucrania, destacando que sería "cínico y contraproductivo" para la seguridad de sus propios ciudadanos.
Además, reveló que Francia ha establecido contactos a varios niveles para ofrecer su cooperación antiterrorista a Rusia, basada en la inteligencia que podría ser útil en la investigación del atentado.
El ataque en Moscú, reivindicado por ISIS-K, ha provocado tensiones, con Rusia sugiriendo una posible conexión ucraniana, una afirmación que Ucrania niega rotundamente.
Mientras tanto, Francia intensifica sus medidas de seguridad, incrementando las patrullas y la vigilancia en puntos sensibles a lo largo del país para prevenir actos terroristas.
Desde 2015, Francia ha experimentado 24 ataques terroristas y ha logrado desarticular cerca de medio centenar gracias a la acción de sus servicios de inteligencia.
En Italia, el Ministerio del Interior también ha elevado las medidas de vigilancia tras el ataque en Moscú, con especial atención en "lobos solitarios" y en lugares de gran afluencia durante la Semana Santa.
La cooperación internacional y la vigilancia reforzada se presentan como medidas clave en la lucha contra la amenaza terrorista que enfrenta Europa.
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