Desde el inicio del año, Tailandia ha enfrentado un calor extremo sin precedentes que ha resultado en la muerte de 61 personas, según informó el Ministerio de Salud tailandés este viernes 10 de mayo.
Este fenómeno climático ha superado los registros del año anterior, cuando 37 personas perdieron la vida debido a la misma causa.
Durante una ola de calor que se extendió casi una semana en abril, las autoridades de Bangkok, la capital del país, se vieron obligadas a emitir avisos diarios sobre las peligrosas condiciones.
En ciertos momentos, la sensación térmica alcanzó los desorbitantes 52 °C, lo que puso a prueba la resistencia de la población y los sistemas de salud pública.
El noreste de Tailandia, una región predominantemente agrícola, ha sido identificado como el área más afectada por estas altas temperaturas.
Este dato resalta la vulnerabilidad de las comunidades rurales frente a fenómenos meteorológicos extremos.
La ciencia ha establecido una conexión directa entre estas olas de calor cada vez más frecuentes, intensas y prolongadas y el cambio climático causado por la actividad humana.
Además, el fenómeno de El Niño ha intensificado las condiciones cálidas este año, contribuyendo significativamente a la escalada de temperaturas.
Este aumento de temperaturas se observa con particular intensidad en Asia, donde, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el ritmo de calentamiento supera el promedio global.
En abril, la provincia de Lampang, situada en el norte de Tailandia, registró una temperatura récord de 44,2 °C, acercándose peligrosamente al récord nacional de 44,6 °C establecido el año anterior.
Este preocupante aumento en las temperaturas y las consecuentes muertes subrayan la urgente necesidad de políticas robustas de adaptación y mitigación climática, tanto a nivel nacional como global, para proteger a las poblaciones más vulnerables y prevenir futuros desastres relacionados con el clima.
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